9/04/2018, 02:12
¿Qué hace un genin que ha perdido la mayor parte de su vida en hacer nada? Pues seguir haciendo nada, pero de forma entretenida. Los entrenamientos recientes no parecían haber provocado un cambio significativo en él, o al menos no lo sentía de esa forma. ¿Qué podría hacer en su condición actual? Lo que mejor se le daba: los problemas gratuitos. Atraído por los rumores de posibles tesoros en un lugar orillado del País de la Tormenta, el joven Isa emprendió una campaña en solitario, aprovechando que en esta ocasión no estaría supervisado por su ausente padre.
¿Rumores de gente que ha perdido la vida por meterse dónde no los llaman? "Babosadas. Sólo necesito ser precavido y todo estará bien." Jactose en solitario, confiado en su limitada capacidad ninja.
Fue así que emprendió su camino hasta el sitio; no esperaba para nada encontrar otras personas, pero para su sorpresa descubrió que existía un pequeño asentamiento en aquel lugar. "No se ve muy acogedor que digamos." Pensaba al ver los alrededores. Tras vagar un rato más, se atrevió a preguntar por el nombre del lugar, teniendo así ahora una palabra para llamar a aquel sitio: Colapescado "Este nombre parece un mal chiste." Le causaba una gracia que casi le daba por reírse. ¿Cómo no hacerlo? Parecía casi a propósito que quisieran llamarse así por competir con el famoso pueblo de las papas fritas con pescado.
No iba a tirarle piedras al cabro, era de cierta ayuda tener dónde resguardarse durante su viaje. Era de aprovechar la ocasión para darse un "lujo" en su trayecto. Así, caminó hasta un puesto de comida dónde sólo Ame no Kami parecía atreverse a visitar.
—Buenas, ¿quien atiende?— Dijo mientras buscaba dónde sentarse. Mientras revisaba se percató de que no estaba tan sólo cómo pensaba al inicio. Independientemente de que no había más comensales en los que fijarse, le resultó especialmente llamativo la vestimenta del personaje que se encontraba sentado. "Chaleco militar, pero no de Amegakure. ¿Qué hace un shinobi de su categoría por estos lares? Vamos a averiguarlo." No había alcanzado a ver su bandana, pero el símbolo de la espiral en la espalda del contrario era suficiente para identificarle. No tenía planes de ser discreto en esos momentos.
—Oeh— se acercó con sus manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, ignorando el agua que le caía sobre su cabeza por algún agujero del toldo; total, el líquido sobre su cabeza era la última cosa en la que un amegakuriense debía preocuparse. —¿Hay sitio para sentarse?— Lugares vacíos a su alrededor sobraban, pero su pregunta no iba por ese lado. El tuerto esperaría respuesta, con su clásica expresión seria.
¿Rumores de gente que ha perdido la vida por meterse dónde no los llaman? "Babosadas. Sólo necesito ser precavido y todo estará bien." Jactose en solitario, confiado en su limitada capacidad ninja.
Fue así que emprendió su camino hasta el sitio; no esperaba para nada encontrar otras personas, pero para su sorpresa descubrió que existía un pequeño asentamiento en aquel lugar. "No se ve muy acogedor que digamos." Pensaba al ver los alrededores. Tras vagar un rato más, se atrevió a preguntar por el nombre del lugar, teniendo así ahora una palabra para llamar a aquel sitio: Colapescado "Este nombre parece un mal chiste." Le causaba una gracia que casi le daba por reírse. ¿Cómo no hacerlo? Parecía casi a propósito que quisieran llamarse así por competir con el famoso pueblo de las papas fritas con pescado.
No iba a tirarle piedras al cabro, era de cierta ayuda tener dónde resguardarse durante su viaje. Era de aprovechar la ocasión para darse un "lujo" en su trayecto. Así, caminó hasta un puesto de comida dónde sólo Ame no Kami parecía atreverse a visitar.
—Buenas, ¿quien atiende?— Dijo mientras buscaba dónde sentarse. Mientras revisaba se percató de que no estaba tan sólo cómo pensaba al inicio. Independientemente de que no había más comensales en los que fijarse, le resultó especialmente llamativo la vestimenta del personaje que se encontraba sentado. "Chaleco militar, pero no de Amegakure. ¿Qué hace un shinobi de su categoría por estos lares? Vamos a averiguarlo." No había alcanzado a ver su bandana, pero el símbolo de la espiral en la espalda del contrario era suficiente para identificarle. No tenía planes de ser discreto en esos momentos.
—Oeh— se acercó con sus manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, ignorando el agua que le caía sobre su cabeza por algún agujero del toldo; total, el líquido sobre su cabeza era la última cosa en la que un amegakuriense debía preocuparse. —¿Hay sitio para sentarse?— Lugares vacíos a su alrededor sobraban, pero su pregunta no iba por ese lado. El tuerto esperaría respuesta, con su clásica expresión seria.