13/04/2018, 13:13
«Mierda, está inconsciente todavía. Mierda, mierda, mierda ¡mierda!»
Daruu se acercó todavía más a Ayame y se desanudó la bandana de la pierna. Se la acercó con los brazos temblando a los ojos vacíos y trató de no vomitar al imaginarse el aspecto que tendría. Se la anudó y apretó todo lo que podía, pero estaba perdiendo mucha sangre...
Pasó el brazo de Ayame por encima de sus hombros. Y se levantó un poco...
Realizó cinco sellos y una palmada, y desapareció en un destello rojo.
Dos cuerpos inconscientes cayeron en el centro de la Pastelería de Kiroe-chan, cubiertos de sangre. Uno más que el otro. Derribaron una mesa con la caída, desocupada. Los otros clientes chillaron de pánico y salieron corriendo, como si alguien acabase de atentar en el establecimiento. Nadie podía culparlos. Algunos de ellos sólo vieron cuerpos, sangre y oyeron un golpe.
Kiroe salió a trompicones de la cocina, asustada, y se encontró con la escena.
Como si no pudiera creer lo que estaba viendo, la mujer se acercó lentamente a Daruu y a Ayame, y se quedó mirándolos un tiempo, de pie. Comenzó a llorar.
Y gritó, desbocada, temblando, echándose al suelo al lado de su hijo y dándole la vuelta con cuidado. Y gritó más.
Creyó que su mundo estaba a punto de apagarse y casi se desvaneció.
—¡¡AYUDAAAAAA, AYUUUDAAAAAAA!!
Daruu se acercó todavía más a Ayame y se desanudó la bandana de la pierna. Se la acercó con los brazos temblando a los ojos vacíos y trató de no vomitar al imaginarse el aspecto que tendría. Se la anudó y apretó todo lo que podía, pero estaba perdiendo mucha sangre...
Pasó el brazo de Ayame por encima de sus hombros. Y se levantó un poco...
Realizó cinco sellos y una palmada, y desapareció en un destello rojo.
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Dos cuerpos inconscientes cayeron en el centro de la Pastelería de Kiroe-chan, cubiertos de sangre. Uno más que el otro. Derribaron una mesa con la caída, desocupada. Los otros clientes chillaron de pánico y salieron corriendo, como si alguien acabase de atentar en el establecimiento. Nadie podía culparlos. Algunos de ellos sólo vieron cuerpos, sangre y oyeron un golpe.
Kiroe salió a trompicones de la cocina, asustada, y se encontró con la escena.
Como si no pudiera creer lo que estaba viendo, la mujer se acercó lentamente a Daruu y a Ayame, y se quedó mirándolos un tiempo, de pie. Comenzó a llorar.
Y gritó, desbocada, temblando, echándose al suelo al lado de su hijo y dándole la vuelta con cuidado. Y gritó más.
Creyó que su mundo estaba a punto de apagarse y casi se desvaneció.
—¡¡AYUDAAAAAA, AYUUUDAAAAAAA!!
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)