21/04/2018, 17:48
¡GOOOOOONG!¡GOOOOOONG!¡GOOOOOONG!¡GOOOOOONG!
—¡Equipos 3 y 6 eliminados!
—Eso son cuatro menos, ya quedamos poco más de la mitad.
—Mierda —dijo, entre tanto veía a todos lados y a ninguno a la vez. Aquellas sendas eliminaciones de pronto le había puesto más nervioso de lo que debía estar y de un momento a otro comenzó a sentirse visto e inseguro, como si en cualquier momento le fuera a saltar algún equipo a por la yugular—. vamos, no podemos dejar de movernos. Veamos qué más podemos encontrar por éste lado.
El escualo tomó, de nuevo, la ofensiva. Fue adelante, esperando que el peliblanco fuera lo suficientemente atento como para proteger los laterales y la retaguardia de alguna sorpresa indeseada. Sabían que no se trataba sólo de los otros equipos, sino de también las constantes intervenciones de los organizadores a través de agentes externos como el ambiente, o incluso los animales. Ya habían escuchado aullidos antes, ¿no?
El gran problema era que moverse entre tanta maleza dificultaba el sigilo. ¿Podría alguien oírles durante su avance? ¿serían capaces de encontrar mejores herramientas de las que tenían?
A saber. Era como tirar una moneda al aire, o buscar una aguja en un pajar.