27/04/2018, 18:08
«Mala idea...»
Al momento en el que la pelirroja echó a correr, los tres jabalíes —uno de ellos salió nada más la kunoichi se movió— embistieron contra ellas. Taeko corrió a otro árbol diferente al que había elegido la del Remolino, y los animales, pendientes de la segunda muchacha, comenzaron a atacar sin piedad al árbol donde estaba subida. Eri miraba a Taeko con los ojos llenos de preocupación, ¿qué podrían hacer en esa situación?
—¡Taeko-san! —exclamó, ya dándole igual los animales —. ¡Respóndeme solo con asentimientos o negaciones! ¿Puedes saltar de árbol en árbol? —preguntó, llevándose ambas manos a la boca para intentar amplificar su voz —. ¡Debemos escapar, y pronto!
O la terminarían embistiendo las bestias.
Al momento en el que la pelirroja echó a correr, los tres jabalíes —uno de ellos salió nada más la kunoichi se movió— embistieron contra ellas. Taeko corrió a otro árbol diferente al que había elegido la del Remolino, y los animales, pendientes de la segunda muchacha, comenzaron a atacar sin piedad al árbol donde estaba subida. Eri miraba a Taeko con los ojos llenos de preocupación, ¿qué podrían hacer en esa situación?
—¡Taeko-san! —exclamó, ya dándole igual los animales —. ¡Respóndeme solo con asentimientos o negaciones! ¿Puedes saltar de árbol en árbol? —preguntó, llevándose ambas manos a la boca para intentar amplificar su voz —. ¡Debemos escapar, y pronto!
O la terminarían embistiendo las bestias.