Los árboles satánicos

[Eikyuu Juro]

La situación se descontroló y un poco, e incluso Nabi le llegó a preguntar si estaba bien a Juro por su pequeño chiste. Juro hizo un mohín, claramente disconforme.

— Callate — murmuró, sin dar más explicación. Después, cogió el pañuelo que le ofrecía Eri y se dispuso a limpiarse mejor — Gracias.

Mientras lo hacía, pudo escuchar como la pelirroja aclaraba que, a pesar de su estado depresivo, realmente tenía que irse ya. Juro miró y vio que probablemente el hermano de Eri estaría esperandola. No supo cuanto tiempo habían tardado desde que comieron e hicieron el concurso, pero ya llevaban un rato.

—Bueno, chicos, pero es cierto que yo debería irme ya, tan pronto como vuelva por fin podré volver a Uzushiogakure con mi hermano, ya que llevamos más de una semana fuera de la villa... ¿Vosotros qué haréis? Ya que habéis terminado vuestra misión aquí.

Eri le ofreció a Nabi el poder volver junto a ella y a su hermano. Juro supuso que el chico aceptaría. Después de todo, era lo lógico volver en compañía. Y él tampoco podía quedarse.

— Tienes razón. Supongo que es hora de marcharse — dijo Juro, afirmativamente —. Mi familia también me estará esperando en casa.

Juro miró de reojo a su espalda. Tendría que seguir un camino en el que probablemente se perdería. Pero no tardaría demasiado en volver. Ahora ya nada le ataba a ese lugar.

— Tenemos que repetir esto, otro día — dijo Juro, felizmente. Se lo había pasado bien. No estaba acostumbrado, de hecho, a pasarlo bien con personas de otros países. De otra aldea ninja, de hecho. Pero lo cierto es que los dos le caían bien. Los había conocido en sitios distintos y no podía estar más feliz de estar los tres juntos ahí.