2/05/2018, 00:49
—Cómo digas nene— Comentó con cierta resignación y entonces se puso a lo suyo.
Seguí mi lectura como lo tenía planeado, el silencio volvió a reinar y me encontraba con satisfacción por ello; todo marcha fenomenal hasta que el pelimorado se levantó y se acercó a un estante y luego se puso de puntillas, el libro que buscaba estaba bastante alto para su talla y verlo desde mi lugar parecía gracioso, por lo que mis labios se curvaron, observé la situación sin disimulo alguno hasta que entre sus dedos descansó lo que buscaba, entonces continué con lo mío, pero con una evidente sonrisa en mi rostro.
PUM!
Resonó el eco del ruido del tomo cayendo en la madera, había sido a propósito, ¿sino porqué habría tirado el libro? ¿Era un debilucho que no podía con su peso?
—Muy gracioso... Tratando de irritar a los demás.— Comenté mientras le lanzaba una mirada por un par de segundos y ponía mi atención en la literatura que estaba entre mis manos.
No dije nada más y, sí él no lo hacía, transcurrirían varios minutos en silencio.
El ruido se manifestó cuando esta vez fui yo quien me levanté con cierto afán, caminé rápidamente en dirección al baño, el haber ingerido tantas bebidas traían sus consecuencias...
Seguí mi lectura como lo tenía planeado, el silencio volvió a reinar y me encontraba con satisfacción por ello; todo marcha fenomenal hasta que el pelimorado se levantó y se acercó a un estante y luego se puso de puntillas, el libro que buscaba estaba bastante alto para su talla y verlo desde mi lugar parecía gracioso, por lo que mis labios se curvaron, observé la situación sin disimulo alguno hasta que entre sus dedos descansó lo que buscaba, entonces continué con lo mío, pero con una evidente sonrisa en mi rostro.
PUM!
Resonó el eco del ruido del tomo cayendo en la madera, había sido a propósito, ¿sino porqué habría tirado el libro? ¿Era un debilucho que no podía con su peso?
—Muy gracioso... Tratando de irritar a los demás.— Comenté mientras le lanzaba una mirada por un par de segundos y ponía mi atención en la literatura que estaba entre mis manos.
No dije nada más y, sí él no lo hacía, transcurrirían varios minutos en silencio.
El ruido se manifestó cuando esta vez fui yo quien me levanté con cierto afán, caminé rápidamente en dirección al baño, el haber ingerido tantas bebidas traían sus consecuencias...