27/08/2015, 14:22
Al ver la reacción del chico, una pequeña gota de sudor glacial cayó lentamente por la sien del albino. No daba crédito a lo que el chico acababa de hacer. Por mucho que pensase que la estructura era "solida", ninguna madera se veía bien engarzada hacia la siguiente, y apenas se veían clavos o algo que las afianzase. ¿Acaso pretendía morir?
"Este tío está como una cabra..."
Curioso pensamiento proveniente por parte de alguien que pensaba matar en algún momento a toda la humanidad, o al menos a todos lo que pudiese llevarse por delante.
Su antagonista confirmó con palabras que tenía confianza en la estructura, que no se caería pues era firme y estable. Lo decía con tanta seguridad, que casi parecía ser el arquitecto de semejante escultura de madera. Aunque era bastante joven, no tendría demasiado sentido. Entre una cosa y otra, el albino volvió a propinarle a la lata un buche, a lo que el chico que tanto entendía de la torre de madera preguntó quien era al listillo del refresco.
—Puedes llamarme Blame.— Respondió de manera concisa. —¿Tú tienes nombre, arquitecto?—
El Senju atacó con una pregunta, intentando indagar un poco en el porqué de su confianza acerca de la estructura. Cualquiera que hubiese visto esa torre de madera, a simple vista hubiese pensado igual que el peliblanco. No se veía segura, ni desde lejos ni desde cerca.
Por otro lado, no podía obviarse el hecho de que en su frente relucía una banda metálica. Su procedencia era obvia, y raramente fuese arquitecto. Aunque en éstos días de tanta paz, los shinobis se llegaban a dedicar a cosas realmente raras... a lo mejor éste shinobi tenía el cometido de hacer torres de vigilancia...
"Este tío está como una cabra..."
Curioso pensamiento proveniente por parte de alguien que pensaba matar en algún momento a toda la humanidad, o al menos a todos lo que pudiese llevarse por delante.
Su antagonista confirmó con palabras que tenía confianza en la estructura, que no se caería pues era firme y estable. Lo decía con tanta seguridad, que casi parecía ser el arquitecto de semejante escultura de madera. Aunque era bastante joven, no tendría demasiado sentido. Entre una cosa y otra, el albino volvió a propinarle a la lata un buche, a lo que el chico que tanto entendía de la torre de madera preguntó quien era al listillo del refresco.
—Puedes llamarme Blame.— Respondió de manera concisa. —¿Tú tienes nombre, arquitecto?—
El Senju atacó con una pregunta, intentando indagar un poco en el porqué de su confianza acerca de la estructura. Cualquiera que hubiese visto esa torre de madera, a simple vista hubiese pensado igual que el peliblanco. No se veía segura, ni desde lejos ni desde cerca.
Por otro lado, no podía obviarse el hecho de que en su frente relucía una banda metálica. Su procedencia era obvia, y raramente fuese arquitecto. Aunque en éstos días de tanta paz, los shinobis se llegaban a dedicar a cosas realmente raras... a lo mejor éste shinobi tenía el cometido de hacer torres de vigilancia...