10/05/2018, 00:22
(Última modificación: 10/05/2018, 00:25 por Uzumaki Eri.)
—¡JA, JA, JA, JA, JA!
Aquella risa resonó en toda la habitación.
En un abrir y cerrar de ojos, justo sentado en la escalera con las piernas cruzadas y las manos sobre el estómago ensangrentado, estaba El Ahorcado.
—Todos sois iguales... Egoístas, manipulativos, incapaces de pensar en otra persona más allá de vosotros mismos, por mucho que aparentéis —comenzó el hombre, limpiándose las falsas lágrimas que salían de sus brillantes ojos —. Lástima que en su momento yo también confiase en mis amigos tanto que me apuñalaron en la espalda.
»Yo vine aquí, con tres personas más, dos chicos y una chica; sí, venimos a investigar y al final acabé siendo asesinado por quienes consideraba mis amigos... Pero logré hacer lo que nadie pudo: ligar mi vida a la de esta casa.
Sonrió de lado y se pasó una mano sus grasientos cabellos, revolviéndolos. Con tranquilidad deshizo su cruce de piernas y se levantó, apoyándose en la barandilla de la casa ligeramente.
—Ellos murieron junto a mí, justo ahí, donde estáis parados. Pero no de forma agradable que digamos... Sus gritos todavía resuenan en las paredes de la casa, los recuerdo como si fuese ayer mismo... —hizo una breve pausa solo para acompañarla de una sonora carcajada —. También recuerdo cuando vinieron aquí, ah, sí, vosotros también los escuchásteis, ¿no? Fue una bonita treta para meteros aquí.
Suspiró mientras sonreía, parecía satisfecho con aquel teatro.
—No sois los primeros, creedme, han habido más, y nadie ha sobrevivido, nadie, por eso no me canso de ver el egoísmo de la humanidad. Crueles criaturas sedientas de poder, incapaces de pensar en nada más que en su propio trasero —escupió, aquella vez con rencor —. Pero vosotros me caéis bien, no sé, me da la sensación de que habéis llegado más lejos que ningún grupo...
»Por eso os daré otra oportunidad.
Bajó los peldaños de las escaleras que le separaban del piso bajo y se perdió hacia la puerta tras la escalinata.
----Podréis salir de aquí, con vida, si acabáis con la vida de él.
Y de las sombras de detrás de las escaleras, cogido por la camisa por El Ahorcado, salió la figura del falso Jin, agazapada e intranquila, pero sin mediar palabra.
Aquella risa resonó en toda la habitación.
En un abrir y cerrar de ojos, justo sentado en la escalera con las piernas cruzadas y las manos sobre el estómago ensangrentado, estaba El Ahorcado.
—Todos sois iguales... Egoístas, manipulativos, incapaces de pensar en otra persona más allá de vosotros mismos, por mucho que aparentéis —comenzó el hombre, limpiándose las falsas lágrimas que salían de sus brillantes ojos —. Lástima que en su momento yo también confiase en mis amigos tanto que me apuñalaron en la espalda.
»Yo vine aquí, con tres personas más, dos chicos y una chica; sí, venimos a investigar y al final acabé siendo asesinado por quienes consideraba mis amigos... Pero logré hacer lo que nadie pudo: ligar mi vida a la de esta casa.
Sonrió de lado y se pasó una mano sus grasientos cabellos, revolviéndolos. Con tranquilidad deshizo su cruce de piernas y se levantó, apoyándose en la barandilla de la casa ligeramente.
—Ellos murieron junto a mí, justo ahí, donde estáis parados. Pero no de forma agradable que digamos... Sus gritos todavía resuenan en las paredes de la casa, los recuerdo como si fuese ayer mismo... —hizo una breve pausa solo para acompañarla de una sonora carcajada —. También recuerdo cuando vinieron aquí, ah, sí, vosotros también los escuchásteis, ¿no? Fue una bonita treta para meteros aquí.
Suspiró mientras sonreía, parecía satisfecho con aquel teatro.
—No sois los primeros, creedme, han habido más, y nadie ha sobrevivido, nadie, por eso no me canso de ver el egoísmo de la humanidad. Crueles criaturas sedientas de poder, incapaces de pensar en nada más que en su propio trasero —escupió, aquella vez con rencor —. Pero vosotros me caéis bien, no sé, me da la sensación de que habéis llegado más lejos que ningún grupo...
»Por eso os daré otra oportunidad.
Bajó los peldaños de las escaleras que le separaban del piso bajo y se perdió hacia la puerta tras la escalinata.
----Podréis salir de aquí, con vida, si acabáis con la vida de él.
Y de las sombras de detrás de las escaleras, cogido por la camisa por El Ahorcado, salió la figura del falso Jin, agazapada e intranquila, pero sin mediar palabra.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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