12/05/2018, 19:04
—Ay par favar— El joven Isa rodó el ojo al escuchar a la rubia y luego torció la boca en gesto molesto, cruzándose de brazos luego. "¿Con que queriendo hacerme quedar mal ante los demás, eh? Vaya rastrera que ha resultado ser, peor de lo que imaginaba en un principio. Además el otro tiene los aires bastante grandes, seguramente por ser jounin. Está más que claro que no vamos a poder trabajar juntos en esto, porque no pienso escuchar a este par." Pese a que la otra indicó la dirección a dónde se habían ido las mujeres, seguirlas de esa forma era cómo irse a la boca de lobo, difiriendo totalmente de los planes que él tenía para resolver el problema.
—Sí esperas a que yo actúe responsable y siguiendo al pie de la letra los protocolos, estás teniendo demasiadas esperanzas en mí— Lo dijo sinceramente, aunque no con intenciones de ser cínico cómo lo era habitualmente. —No hay órdenes oficiales para realizar algún operativo en este lugar, si las autoridades han dejado a este sitio olvidado de la mano de Ame No Kami puede que sea por dos razones: O este pueblo es demasiado irrelevante, o la influencia que han llegado a tener los responsables es lo suficientemente fuerte para mantenerlos a raya. Quizás ambas.
»Yo planeo investigar y actuar a mi manera. Cómo esto no es una misión ni hay un mandato que me obligue a trabajar con ustedes, prefiero evitar roces qué claramente se van a dar.
Él no se iba a quedar a escuchar el resto de la explicación, pues podría deducir más o menos la situación sólo con ver el pueblo. "El lugar ha empobrecido al punto que no pueden decaer más." Para cuando Yemi empezara a hablar, Kagetsuna ya se habría dado la vuelta para empezar a caminar con rumbo a algún otro lugar de Colapescado para dar inicio a su plan. "Esto no puede ser un simple caso de extorsión. Está claro que la gente apenas y tiene dinero para subsistir aquí ¿Qué sentido tiene quedarse en un sitio cómo este dónde no puedes sacar más beneficio? Quizás es una tapadera y tienen otro tipo de operaciones criminales. Además, aún queda la fama de tesoros piratas por el lugar, aunque quizás mi búsqueda del oro pueda ir por otro rumbo." Una cosa estaba clara: Alguien tenía que ayudarlos. No era un héroe, nunca ha querido ser uno, pero no podía dejar a sus habitantes desamparados. Podrían decirle lo que qusieran a la cara sobre que era un maleducado o un testarudo, pero no soportaba pensar que el caos siguiera impune.
—Sí esperas a que yo actúe responsable y siguiendo al pie de la letra los protocolos, estás teniendo demasiadas esperanzas en mí— Lo dijo sinceramente, aunque no con intenciones de ser cínico cómo lo era habitualmente. —No hay órdenes oficiales para realizar algún operativo en este lugar, si las autoridades han dejado a este sitio olvidado de la mano de Ame No Kami puede que sea por dos razones: O este pueblo es demasiado irrelevante, o la influencia que han llegado a tener los responsables es lo suficientemente fuerte para mantenerlos a raya. Quizás ambas.
»Yo planeo investigar y actuar a mi manera. Cómo esto no es una misión ni hay un mandato que me obligue a trabajar con ustedes, prefiero evitar roces qué claramente se van a dar.
Él no se iba a quedar a escuchar el resto de la explicación, pues podría deducir más o menos la situación sólo con ver el pueblo. "El lugar ha empobrecido al punto que no pueden decaer más." Para cuando Yemi empezara a hablar, Kagetsuna ya se habría dado la vuelta para empezar a caminar con rumbo a algún otro lugar de Colapescado para dar inicio a su plan. "Esto no puede ser un simple caso de extorsión. Está claro que la gente apenas y tiene dinero para subsistir aquí ¿Qué sentido tiene quedarse en un sitio cómo este dónde no puedes sacar más beneficio? Quizás es una tapadera y tienen otro tipo de operaciones criminales. Además, aún queda la fama de tesoros piratas por el lugar, aunque quizás mi búsqueda del oro pueda ir por otro rumbo." Una cosa estaba clara: Alguien tenía que ayudarlos. No era un héroe, nunca ha querido ser uno, pero no podía dejar a sus habitantes desamparados. Podrían decirle lo que qusieran a la cara sobre que era un maleducado o un testarudo, pero no soportaba pensar que el caos siguiera impune.