Aguas calientes

[Uchiha Datsue]

—Después del combate que nos hemos pegado, yo hace rato que tengo hambre —respondió, en alusión a que era temprano. Luego Keisuke sugirió una pizzería a la que le había echado el ojo—. Estupendo. Aunque podríamos pedirlas para llevar, y comemos en otro sitio… —Sí, Datsue necesitaba quedarse a solas para volver a retomar el asunto. Y a solas significaba completamente a solas—. Oye, ¿tú te estás alojando en algún sitio? No he mirado aún dónde quedarme a dormir.

Poco después, Datsue saldría de aquel baño. Aquella piscina estaba pensada para rebajar la temperatura momentáneamente, después de todo. No para quedarse helados.

Como a Keisuke todavía le parecía temprano, el Uchiha tuvo que hacer un esfuerzo de voluntad y ceder, sugiriendo probar otro baño, como por ejemplo el de las aguas herbales. No obstante, nada volvió a comentar sobre Aiko, hasta que ya pasado un tiempo…

—Tenías razón en lo de antes —murmuró, tras asegurarse que no había nadie cerca. Estaba apoyado con brazos y espalda contra el borde de la bañera, con las piernas casi flotando en la superficie del agua verde—. He de darte la misma confianza que tú has puesto en mí. Aunque no me malinterpretes, sí que creí tus palabras. Verás, esta vez voy a revelarte algo a ti —le concedió—. Sé cuando una persona me está mintiendo. —No funcionaba siempre, y debía tener el Sharingan activado, pero aquellas eran simples minucias.

»Verás, antes no te dije mi persona de confianza porque… Todavía no sé si estará dispuesto a ayudarme, llegado el caso de necesitarle.