15/05/2018, 00:59
El desconocido aseguró que la culpa era suya, pero Karma sabía que no era así. Se había perdido en su mundo, para variar, y había pagado el precio de su estupidez. Quizás lo estaba diciendo para hacerla sentir mejor, o para hacer la situación algo menos embarazosa.
—¿ROJA? N-No sé, es que soy muy torpe... —se excusó atolondradamente.
La kunoichi se mordió el labio inferior. ¿Qué hacer, qué decir? En menudo agujero social sin fondo se había metido gracias a su falta de atención. «¿Lo que se hace en estos casos es cambiar de tema y hacer como que no ha ocurrido nada, no...?».
—Disculpa... ¿sabes si hay alguna librería por aquí? Creo que he girado hacia donde no era...
Ya le había preguntado a un total de cuatro personas antes que a Keisuke, pero las calles de Yamiria se le hacían laberínticas y las mareas de gente la desorientaban. Quizás el pelirrojo sabía algo.
Lo que fuera en tal de virar el curso de la conversación. El rubor de sus mejillas todavía no se había apagado.
—¿ROJA? N-No sé, es que soy muy torpe... —se excusó atolondradamente.
La kunoichi se mordió el labio inferior. ¿Qué hacer, qué decir? En menudo agujero social sin fondo se había metido gracias a su falta de atención. «¿Lo que se hace en estos casos es cambiar de tema y hacer como que no ha ocurrido nada, no...?».
—Disculpa... ¿sabes si hay alguna librería por aquí? Creo que he girado hacia donde no era...
Ya le había preguntado a un total de cuatro personas antes que a Keisuke, pero las calles de Yamiria se le hacían laberínticas y las mareas de gente la desorientaban. Quizás el pelirrojo sabía algo.
Lo que fuera en tal de virar el curso de la conversación. El rubor de sus mejillas todavía no se había apagado.