Todo sucedió muy rápido y, cuando se quisieron dar cuenta, el que había sido el falso Jin le había lanzado la pieza de vuelta al auténtico. Riko le miró, sorprendido, pero mayor fue su sorpresa cuando, tras un leve movimiento de manos, el peliblanco fue capaz de sentir el chakra fluir de nuevo por su cuerpo, recorriéndole como hacía siempre y se sintió mucho más seguro.
—¡Tú! Se acabaron tus tretas.
Nada pudieron hacer ninguno de los tres genin para evitar que aquellas espinas surgidas del suelo se clavaran y atravesaran la carne del rubio, dejándoles en shock, al menos a Riko, que miraba la escena horrorizado, y sus ojos se clavaron de nuevo en El Ahorcado, con un sentimiento de odio que le llenaba hasta el último poro de su piel, olvidado sus rencillas con cualquier otro.
—Coged a Jin. Yo le distraeré. No puede hacerme daño.
Y tan pronto sus palabras cesaron, Ayame apareció frente al hombre que tanto sufrimiento les había causado, con un sello formado en sus manos y un potente chillido salió de su boca.
Juro había comenzado a moverse, acercándose hasta Jin y conectando en él una especie de hilos de chakra, con los que tiró de él alejándolo de su posición.
—. ¡Riko!
Y el peliblanco se movió, acercándose al rubio y agarrándolo para llevárselo con ellos.
— ¡Vamos Ayame! ¡Tenemos que irnos! — Gritó el peliblanco, acercándose Juro y sacando su pieza para salir de allí. — ¡Juntadlas ya!
El tiempo no perdonaba y, cuanto más tardaran menos posibilidades de salir de allí les quedaban, y mucho menos si pretendían salvarles la vida tanto a Jin como a su copia, aunque aún no sabía como conseguirían aquello.
—¡Tú! Se acabaron tus tretas.
Nada pudieron hacer ninguno de los tres genin para evitar que aquellas espinas surgidas del suelo se clavaran y atravesaran la carne del rubio, dejándoles en shock, al menos a Riko, que miraba la escena horrorizado, y sus ojos se clavaron de nuevo en El Ahorcado, con un sentimiento de odio que le llenaba hasta el último poro de su piel, olvidado sus rencillas con cualquier otro.
—Coged a Jin. Yo le distraeré. No puede hacerme daño.
Y tan pronto sus palabras cesaron, Ayame apareció frente al hombre que tanto sufrimiento les había causado, con un sello formado en sus manos y un potente chillido salió de su boca.
Juro había comenzado a moverse, acercándose hasta Jin y conectando en él una especie de hilos de chakra, con los que tiró de él alejándolo de su posición.
—. ¡Riko!
Y el peliblanco se movió, acercándose al rubio y agarrándolo para llevárselo con ellos.
— ¡Vamos Ayame! ¡Tenemos que irnos! — Gritó el peliblanco, acercándose Juro y sacando su pieza para salir de allí. — ¡Juntadlas ya!
El tiempo no perdonaba y, cuanto más tardaran menos posibilidades de salir de allí les quedaban, y mucho menos si pretendían salvarles la vida tanto a Jin como a su copia, aunque aún no sabía como conseguirían aquello.
![[Imagen: tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif]](https://78.media.tumblr.com/ef716a7a224d02d15153150120153d79/tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif)
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»