31/08/2015, 17:03
Entre palabras y aplausos, los jóvenes fueron reunidos en la zona sur del estadio. Algunos mas lentos, otros mas rápidos, todos se fueron aglomerando en el sitio indicado. Blame, casi que por obligación, no fue menos. El albino se acercó con parsimonia, y excesivo desdén. No fijó su mirada en nadie en especial, nadie de los allí presentes se había ganado que éste conociese su nombre, aunque el suyo si que fuese bastante conocido para el resto de los allí presentes. En su mente, solo un pensamiento.
"¿Quiénes van a ser mi equipo? Espero que no sean un estorbo..."
Cuando todos parecieron estar en el lugar, uno de los jounin que les habían indicado que fuesen a ese sitio, sacó un pergamino. El susodicho lo desenrolló, y comenzó a nombrar equipos que se habían "estimado" como bastante "equilibrados". Evidentemente, al menos para el albino, ni por asomo le parecían que esos grupos fuesen a congeniar del todo bien. Bueno, algunos de los mencionados por el jounin hasta parecieron alegrarse... cuanta falsedad. Maldita escoria que finge ese sentimiento tan falso y vomitivo como es la felicidad...
Al cabo de un rato, el chico tuvo que prestar bastante atención, y dejar ajena ese odio justificado hacia las personas. De lo contrario, ni se enteraría de quiénes eran sus compañeros. No estaría bien, al menos debía cuidarlos un poco, al menos hasta que pudiesen hacer misiones interesantes... que remedio. Sin misiones interesantes, no se avanza, y no se consigue poder.
—Aoyama Yoshimitsu, Senju Sendo, Akaiwa Sayaka. Vosotros tres seréis otro equipo, como al resto, vuestro jefe de equipo aún está por determinar. En cuanto sepamos de quién se trata, él en persona se presentará a vosotros.—
Lo dicho llamó la atención del albino, que con ahínco hizo por disimular su interés en saber que clase de tarados habían sido seleccionados para estar en "armonía" con el asesino. Adelantó un paso, y miró a los lados, hasta caer en cuenta de algo. Sayaka.
"¿Sayaka? ¿esa no era la cría esa rubia malcriada? Dios, qué cruz... ¿y Yoshimitsu...? ¿Quién coño es Yoshimitsu?"
Buscó con su mirada a sus mencionados compañeros, a una al menos la había tenido que soportar durante un rato. Al otro, no tenía ni idea de quién era. Pese a que fuesen de la misma promoción, su interés en sus compañeros era obviamente nulo.
"¿Quiénes van a ser mi equipo? Espero que no sean un estorbo..."
Cuando todos parecieron estar en el lugar, uno de los jounin que les habían indicado que fuesen a ese sitio, sacó un pergamino. El susodicho lo desenrolló, y comenzó a nombrar equipos que se habían "estimado" como bastante "equilibrados". Evidentemente, al menos para el albino, ni por asomo le parecían que esos grupos fuesen a congeniar del todo bien. Bueno, algunos de los mencionados por el jounin hasta parecieron alegrarse... cuanta falsedad. Maldita escoria que finge ese sentimiento tan falso y vomitivo como es la felicidad...
Al cabo de un rato, el chico tuvo que prestar bastante atención, y dejar ajena ese odio justificado hacia las personas. De lo contrario, ni se enteraría de quiénes eran sus compañeros. No estaría bien, al menos debía cuidarlos un poco, al menos hasta que pudiesen hacer misiones interesantes... que remedio. Sin misiones interesantes, no se avanza, y no se consigue poder.
—Aoyama Yoshimitsu, Senju Sendo, Akaiwa Sayaka. Vosotros tres seréis otro equipo, como al resto, vuestro jefe de equipo aún está por determinar. En cuanto sepamos de quién se trata, él en persona se presentará a vosotros.—
Lo dicho llamó la atención del albino, que con ahínco hizo por disimular su interés en saber que clase de tarados habían sido seleccionados para estar en "armonía" con el asesino. Adelantó un paso, y miró a los lados, hasta caer en cuenta de algo. Sayaka.
"¿Sayaka? ¿esa no era la cría esa rubia malcriada? Dios, qué cruz... ¿y Yoshimitsu...? ¿Quién coño es Yoshimitsu?"
Buscó con su mirada a sus mencionados compañeros, a una al menos la había tenido que soportar durante un rato. Al otro, no tenía ni idea de quién era. Pese a que fuesen de la misma promoción, su interés en sus compañeros era obviamente nulo.