16/05/2018, 01:26
Y así, el telón que ocultaba la verdadera naturaleza de Datsue el Intrépido se fue abriendo en un acto final de traiciones y engaños, con historias dignas de una novela trágica. Las revelaciones de contaría Ayame rompieron el subterfugio del uzujin y desparramaría sus más grandes ofensas, todas en una, dejando una herida sangrante que atraería el olfato asesino del Tiburón de Amegakure.
—¿Qué no me ha hecho? Esa sería una pregunta más acertada —respondió ella, a la par de anecdótica como molesta—. Selló una bola de fuego en Daruu-kun para que me la disparara a bocajarro —Kaido abrió la boca evidenciando su sorpresa—. ¡A mí me selló una técnica para que me transformara en una versión caricaturizada y burlesca de Yui-sama cuando me cruzara con ella! ¡¡Casi me mata al creer que me estaba atreviendo a faltarle el respeto de aquella manera!! Y por último... —pensó concluir, con los ojos filosos y su dedo enumerando la última de las ofensas, y por tanto, la más hiriente—. ¡¡¡Me contaminó!!! ¡¡¡A mí, que soy El Agua!!! ¡¡¡Me engañó para que le diera una calada a un cigarro que había transformado de alguna manera en un estúpido brick de zumo!!!
El gyojin mantuvo el silencio por unos cuantos segundos mientras procesaba toda aquella información. Analizando, tratando de hacerse una opinión objetiva del por qué Datsue era tan estúpido, y a su vez, tan jodidamente inteligente. Y por sobre todas las cosas, trataba de definir los por qué que habrían llevado a un ninja como él a montar semejante complot en contra de no uno, ni dos, sino ¡tres! shinobi de Amegakure no sato. Involucrando no sólo al genin más orgulloso que podría encontrar en todo Arashi no Kuni, sino que también a la mismísima líder de la aldea de la Lluvia, Amekoro Yui.
¿Eran eso tener cojones de hierro o el sentido común de un orangután?
No estaba del todo seguro.
—Vaya, pues con lo mío se queda corto el muy cabrón —dijo, menos iracundo y un tanto preocupado—. si es que con todo lo que te ha hecho, a ti y a Daruu, es como si le hubierais jodido la vida con algo.
Entonces negó con la cabeza un par de veces. No, estaba siendo demasiado generoso.
»¡Pero bueno mujer, mayor razón tenemos para ir a devolvérsela! Daruu lo coge de la espalda, tú le pintas la cara con maquillaje y yo se lo restriego a hostiones. ¿No te parece esa una buena idea? ... se lo merece.
—¿Qué no me ha hecho? Esa sería una pregunta más acertada —respondió ella, a la par de anecdótica como molesta—. Selló una bola de fuego en Daruu-kun para que me la disparara a bocajarro —Kaido abrió la boca evidenciando su sorpresa—. ¡A mí me selló una técnica para que me transformara en una versión caricaturizada y burlesca de Yui-sama cuando me cruzara con ella! ¡¡Casi me mata al creer que me estaba atreviendo a faltarle el respeto de aquella manera!! Y por último... —pensó concluir, con los ojos filosos y su dedo enumerando la última de las ofensas, y por tanto, la más hiriente—. ¡¡¡Me contaminó!!! ¡¡¡A mí, que soy El Agua!!! ¡¡¡Me engañó para que le diera una calada a un cigarro que había transformado de alguna manera en un estúpido brick de zumo!!!
El gyojin mantuvo el silencio por unos cuantos segundos mientras procesaba toda aquella información. Analizando, tratando de hacerse una opinión objetiva del por qué Datsue era tan estúpido, y a su vez, tan jodidamente inteligente. Y por sobre todas las cosas, trataba de definir los por qué que habrían llevado a un ninja como él a montar semejante complot en contra de no uno, ni dos, sino ¡tres! shinobi de Amegakure no sato. Involucrando no sólo al genin más orgulloso que podría encontrar en todo Arashi no Kuni, sino que también a la mismísima líder de la aldea de la Lluvia, Amekoro Yui.
¿Eran eso tener cojones de hierro o el sentido común de un orangután?
No estaba del todo seguro.
—Vaya, pues con lo mío se queda corto el muy cabrón —dijo, menos iracundo y un tanto preocupado—. si es que con todo lo que te ha hecho, a ti y a Daruu, es como si le hubierais jodido la vida con algo.
Entonces negó con la cabeza un par de veces. No, estaba siendo demasiado generoso.
»¡Pero bueno mujer, mayor razón tenemos para ir a devolvérsela! Daruu lo coge de la espalda, tú le pintas la cara con maquillaje y yo se lo restriego a hostiones. ¿No te parece esa una buena idea? ... se lo merece.