La marca de la calabaza

[Riko]

Por fin, después de todo el sufrimiento, después de todas las penurias que habían sufrido y después de casi morir en el interior de la casa, todo comenzaba a funcionar para bien, habían conseguido escapar y no solo eso, la anciana, que se había colocado entre los dos cuerpos moribundos de Jin y su copia, había comenzado a sanarles usando un ninjutsu médico.

«¡Funciona!»

Riko, que estaba de rodillas tratando de taponar una herida, se dejó caer de culo, el dolor de su costado seguía siendo horrible pero podía aguantarlo, aquella sensación de libertad era el mayor de los analgésicos y simplemente escuchó la historia de la anciana, de principio a fin, sin terminar de creerse que hubieran conseguido salir de allí, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de conflictos que habían tenido.

«Pero estamos vivos.»

Y una gran sonrisa hizo acto de aparición en su rostro, le daba igual todo lo demás, habían conseguido salir de allí los cuatro, no, había rescatado incluso a alguien más, y eso significaba mucho y no pudo evitar reír, quizás de los nervios que había pasado, pero simplemente rió. Y lo hizo más aún cuando unos cuervos parlantes les trajeron sus pertenencias y se pusieron a discutir entre ellos.

—Creo que tendréis que llevar a este muchacho a un médico de verdad, yo solo he podido parar su hemorragia, pero está muy débil..Yachi está pasando este bosque, al noroeste, lo reconoceréis enseguida. Lleváoslo, y ayudad al otro, yo no puedo ayudaros más, así que volveré a casa.

Al igual que sus compañeros, Riko se deshizo en palabras de agradecimiento con la mujer, les había salvado al fin y al cabo.

—Tendremos que llevarles a un médico en Yachi. Con suerte llegaremos a tiempo para salvar a ambos. Chicos... si no fuera por vosotros no habría podido salir de allí yo sola, con esa oscuridad y con todo lo que ha pasado... Estoy en deuda con vosotros, Riko-san, Juro-san.

Tenía razón, sin el resto no habrían salido de allí.

— Todo ha sido un caos. Pero me alegra de que haya salido bien. Lo mismo os digo. Nos hemos respaldado como compañeros. Espero volver a encontraros en el camino.

Riko sonrió y se acercó a sus dos compañeros, con su mano diestra sujetando firmemente el costado zurdo, donde el dolor era más intenso.

—Al final lo hemos conseguido... Os debo una, ya sabéis, por no dejarme... — Y dirigió una mirada de culpabilidad hacia el rubio. —Ojalá la próxima vez que nos veamos sea tomando un refresco o algo así... — Bromeó el peliblanco.

Y comenzaron a caminar en dirección a Yachi, para dejar en el hospital a Jin y que terminara de recuperarse y, una vez esto estuviera hecho, cada uno regresaría a su casa, con una gran historia que contar y con un par de amigos para la posteridad.

Qué honor cerrar esta pedazo de trama! Un placer haber roleado con ustedes señores y gracias Eri por esta pedazo de aventura que nos has hecho pasar!