19/05/2018, 23:10
Uno nunca sabe cuándo puede necesitar algo, y en un día como ese Karma no sabía que iba a necesitar su kit médico al no estar de servicio. Cuando la joven cayó en la cuenta de ese pequeño detalle, no pudo evitar ponerse nerviosa. Novata y sin sus herramientas, lo tenía crudo.
Quiso aproximarse al herido y comprobar su estado, pero la mujer a su vera no le dejó. Le rogaba una y otra vez que lo salvase, agarrando con dureza las manos de la kunoichi como si fuese una mujer poseída. Estaba empapando de sangre las extremidades de Karma, pero la muchacha, tan intranquila, ni se percató del hecho.
—¡Por favor, si no me suelta no puedo hacer nada! —exclamó, molesta.
Le faltaba fuerza para librarse por sí misma. Era irónico, la histeria de la fémina harapienta iba a terminar matando a su hermano. Mientras tanto, la actitud de Keisuke y su inactividad no aportaban nada.
—Nunca dije que fuese una doctora, simplemente se me ha impartido algo de entrenamiento —alcanzó a replicar.
Karma miró al moribundo. «¡Maldita sea, maldita sea! Podría usar parte de mi kimono como venda para parar la hemorragia, a falta de algo mejor... pero sin el kit... ¡Si fuera capaz de usar Ninjutsu curativo, joder!», exclamó en su interior a ritmo frenético. Fue trazando un plan de acción a toda prisa, una serie de procedimientos con los que intentar estabilizar al hombre, pero mientras no se librase de la presa de la mujer, era todo inútil. Tiró con todas sus fuerzas, apretando los dientes.
Entre tanto, el desgraciado iba a terminar muriendo...
Quiso aproximarse al herido y comprobar su estado, pero la mujer a su vera no le dejó. Le rogaba una y otra vez que lo salvase, agarrando con dureza las manos de la kunoichi como si fuese una mujer poseída. Estaba empapando de sangre las extremidades de Karma, pero la muchacha, tan intranquila, ni se percató del hecho.
—¡Por favor, si no me suelta no puedo hacer nada! —exclamó, molesta.
Le faltaba fuerza para librarse por sí misma. Era irónico, la histeria de la fémina harapienta iba a terminar matando a su hermano. Mientras tanto, la actitud de Keisuke y su inactividad no aportaban nada.
—Nunca dije que fuese una doctora, simplemente se me ha impartido algo de entrenamiento —alcanzó a replicar.
Karma miró al moribundo. «¡Maldita sea, maldita sea! Podría usar parte de mi kimono como venda para parar la hemorragia, a falta de algo mejor... pero sin el kit... ¡Si fuera capaz de usar Ninjutsu curativo, joder!», exclamó en su interior a ritmo frenético. Fue trazando un plan de acción a toda prisa, una serie de procedimientos con los que intentar estabilizar al hombre, pero mientras no se librase de la presa de la mujer, era todo inútil. Tiró con todas sus fuerzas, apretando los dientes.
Entre tanto, el desgraciado iba a terminar muriendo...