20/05/2018, 13:34
Ocurrió entonces que la uzujin fue testigo de las capacidades de Inoue Keisuke, un miembro de los Iryō-Nin como ella, pero gozoso de mucha más experiencia y capacidades que la propia Karma. Cuando la joven comprendió lo que estaba ocurriendo, la realidad le azotó en la faz como si se tratase de una mano enorme y bien abierta. Sintió que el pelirrojo había estado jugando con ella a pesar de que la vida de un hombre estaba en peligro.
Se quedó plantada allí, observando la situación, con las manos y los brazos manchados de sangre. Notó la ira martilleándole el pecho, pero también fascinación. Fascinación por la técnica que Keisuke estaba utilizando.
—Mi nombre es... Kojima Karma... —respondió, abatida.
Se quedó plantada allí, observando la situación, con las manos y los brazos manchados de sangre. Notó la ira martilleándole el pecho, pero también fascinación. Fascinación por la técnica que Keisuke estaba utilizando.
—Mi nombre es... Kojima Karma... —respondió, abatida.