20/05/2018, 18:22
—Un gusto, Kojima Karma.— No dije nada más y me dediqué a preservar la vida de aquel joven.
La familiar del herido estaba más tranquila, cuando vio que la sangre dejaba de escurrirse por su ropa y que lentamente el color le volvía a la cara, que respiraba normal y que el peligro pasó abrazó a la pelimorada. —Y-Yo...— Tenía un nudo en su garganta. —Es mi hermanito menor.— Dijo con el rostro arrugado. —Gracias!!
—Va a estar bien, necesitará descansar.— Expliqué mientras corroboraba por última vez su estado. —Y una buena alimentación, algunos analgésicos vendrían bien.— No estaba seguro de sí ellos pudiesen adquirir los fármacos, pero de igual manera le comenté.
—Todo fue culpa de esos malditos.— Se quejó el herido, culpando a un par de personas a las cuales nosotros eramos ajenos.
—Te dije que era peligroso, el riesgo no lo valía...— Reprochó la mayor acercándose a él mientras le regalaba una mirada dura. —No sabes el susto que pase por tu culpa, por quedarte callado y no decir nada!— Dijo exasperada.
La situación entre los hermanos se estaba caldeando lentamente, mi labor estaba ahí estaba terminada, no había otro motivo para continuar en ese lugar. —¿No me dijiste que estaba buscando una enciclopedia?— Volteé para hablar con Karma y buscar un motivo para marcharnos.
—Bueno, es hora de que hagamos esa compra, fue un placer haberlos ayudado, espero se mejore.— Me despedí de la mejor manera posible con la excusa de que teníamos otra cuestión que resolver. —Vamos.— Mis pies retomaron el camino a Yamiria.
Tras avanzar unos escasos metros, la pelimorada se detendría al observar un objeto peculiar, era un destornillador que tenía la punta metálica con un rastro de sangre seca, ¿era acaso el arma con la que apuñalaron a aquel muchacho?
—Eh! No te quedes atrás...
La familiar del herido estaba más tranquila, cuando vio que la sangre dejaba de escurrirse por su ropa y que lentamente el color le volvía a la cara, que respiraba normal y que el peligro pasó abrazó a la pelimorada. —Y-Yo...— Tenía un nudo en su garganta. —Es mi hermanito menor.— Dijo con el rostro arrugado. —Gracias!!
Unas horas más tardes...
—Va a estar bien, necesitará descansar.— Expliqué mientras corroboraba por última vez su estado. —Y una buena alimentación, algunos analgésicos vendrían bien.— No estaba seguro de sí ellos pudiesen adquirir los fármacos, pero de igual manera le comenté.
—Todo fue culpa de esos malditos.— Se quejó el herido, culpando a un par de personas a las cuales nosotros eramos ajenos.
—Te dije que era peligroso, el riesgo no lo valía...— Reprochó la mayor acercándose a él mientras le regalaba una mirada dura. —No sabes el susto que pase por tu culpa, por quedarte callado y no decir nada!— Dijo exasperada.
La situación entre los hermanos se estaba caldeando lentamente, mi labor estaba ahí estaba terminada, no había otro motivo para continuar en ese lugar. —¿No me dijiste que estaba buscando una enciclopedia?— Volteé para hablar con Karma y buscar un motivo para marcharnos.
—Bueno, es hora de que hagamos esa compra, fue un placer haberlos ayudado, espero se mejore.— Me despedí de la mejor manera posible con la excusa de que teníamos otra cuestión que resolver. —Vamos.— Mis pies retomaron el camino a Yamiria.
Tras avanzar unos escasos metros, la pelimorada se detendría al observar un objeto peculiar, era un destornillador que tenía la punta metálica con un rastro de sangre seca, ¿era acaso el arma con la que apuñalaron a aquel muchacho?
—Eh! No te quedes atrás...