20/05/2018, 19:01
Karma no reaccionó cuando la hermana del herido se le abrazó. La joven estaba como en shock, asentía una y otra vez a las palabras de la desesperada mujer, pero poco más.
La médico atendió a la conversación en silencio, pero no añadió nada a esta. Parecía preocupada, meditabunda. «Mira que soy inútil... sin mi equipo y sin Ninjutsu, si no fuera por Keisuke-san no sé qué habría pasado... no debería de dedicarme a esto...», se fustigaba una y otra vez.
Retornó a la realidad gracias a la orden del pelirrojo. Sin demasiados ánimos, la genin asintió y se puso en marcha, siguiendo la estela del otro ninja.
Así continuó hasta que su pie derecho pisó algo duro. Karma casi perdió el equilibrio debido al hallazgo. Curiosa, la fémina se agachó para echarle un vistazo al objeto en cuestión. Era un destornillador.
—¿Y esto...? —preguntó en voz alta, alzándolo con la diestra.
Karma lo observó desde distintos ángulos, percibiendo la sangre seca impregnada en la punta. Se trataba de una herramienta de trabajo, pero podía cumplir la función de un cuchillo a las mil maravillas si se atacaba con la fuerza suficiente.
—Keisuke-san, ¿tú dirías que la punta encaja con la herida de ese hombre? —cuestionó, enseñándole el utensilio.
***
La médico atendió a la conversación en silencio, pero no añadió nada a esta. Parecía preocupada, meditabunda. «Mira que soy inútil... sin mi equipo y sin Ninjutsu, si no fuera por Keisuke-san no sé qué habría pasado... no debería de dedicarme a esto...», se fustigaba una y otra vez.
Retornó a la realidad gracias a la orden del pelirrojo. Sin demasiados ánimos, la genin asintió y se puso en marcha, siguiendo la estela del otro ninja.
Así continuó hasta que su pie derecho pisó algo duro. Karma casi perdió el equilibrio debido al hallazgo. Curiosa, la fémina se agachó para echarle un vistazo al objeto en cuestión. Era un destornillador.
—¿Y esto...? —preguntó en voz alta, alzándolo con la diestra.
Karma lo observó desde distintos ángulos, percibiendo la sangre seca impregnada en la punta. Se trataba de una herramienta de trabajo, pero podía cumplir la función de un cuchillo a las mil maravillas si se atacaba con la fuerza suficiente.
—Keisuke-san, ¿tú dirías que la punta encaja con la herida de ese hombre? —cuestionó, enseñándole el utensilio.