24/05/2018, 23:13
La jovencita no estaba segura de qué era peor: que la apalizase el grandullón o que el guaperas la acosara sexualmente con impunidad. Había sufrido durante largos y arduos años abusos de los dos tipos y no quería revivir ni el uno ni el otro.
El llamado Hikari se aproximaba con intenciones demasiado claras. «Solo quería una enciclopedia, por Izanami...», Karma lamentó así su situación actual. La kunoichi retrocedió un par de pasos, deseosa de poner tierra por en medio entre su persona y el truhán.
—Sí, sé... pero preferiría evitarlo —susurró, sabiendo que no iba a ser posible dar con una solución pacífica.
El moreno con la maza no esperó más, blandió el arma y trató de golpear a Keisuke con ella. El joven evitó el ataque con un ágil retroceso y ordenó a Karma que hiciese lo mismo. La fémina obedeció.
La pelivioleta se llevó la mano derecha al interior de su kimono, del que no tardó en procurar un pequeño vial. Un líquido de tonalidad púrpura abrazaba sus paredes de cristal. Lo lanzó contra Hikari, directo a su pecho. La colisión rompería el contenedor y el fluido se transformaría en gas...
El llamado Hikari se aproximaba con intenciones demasiado claras. «Solo quería una enciclopedia, por Izanami...», Karma lamentó así su situación actual. La kunoichi retrocedió un par de pasos, deseosa de poner tierra por en medio entre su persona y el truhán.
—Sí, sé... pero preferiría evitarlo —susurró, sabiendo que no iba a ser posible dar con una solución pacífica.
El moreno con la maza no esperó más, blandió el arma y trató de golpear a Keisuke con ella. El joven evitó el ataque con un ágil retroceso y ordenó a Karma que hiciese lo mismo. La fémina obedeció.
La pelivioleta se llevó la mano derecha al interior de su kimono, del que no tardó en procurar un pequeño vial. Un líquido de tonalidad púrpura abrazaba sus paredes de cristal. Lo lanzó contra Hikari, directo a su pecho. La colisión rompería el contenedor y el fluido se transformaría en gas...