27/05/2018, 14:56
(Última modificación: 27/05/2018, 14:58 por Umikiba Kaido.)
Finalmente, entre tanta dubitativa, Ayame cayó en cuenta de algo.
—Ahora que lo pienso... nunca me he enfrentado a otro Hōzuki en combate...
Kaido alzó la mirada, apremiante. Permitiéndose medio sonreír aún y cuando hacía apenas un par de minutos que se había liberado de uno de los secretos más profundos y comprometedores que podía tener alguien. Y tenía varios.
—Claro, sin ningún Hōzuki en tu familia, está como difícil la cosa. Pero y entonces, ¿cómo has aprendido? el Suika no Jutsu y demás técnicas. Te he visto usarlas —indagó, tratando ahora de escarbar él en pantanos ajenos—. por cierto, ¿qué ha sido de Karoi-san? ese tío es la hostia.
—Ahora que lo pienso... nunca me he enfrentado a otro Hōzuki en combate...
Kaido alzó la mirada, apremiante. Permitiéndose medio sonreír aún y cuando hacía apenas un par de minutos que se había liberado de uno de los secretos más profundos y comprometedores que podía tener alguien. Y tenía varios.
—Claro, sin ningún Hōzuki en tu familia, está como difícil la cosa. Pero y entonces, ¿cómo has aprendido? el Suika no Jutsu y demás técnicas. Te he visto usarlas —indagó, tratando ahora de escarbar él en pantanos ajenos—. por cierto, ¿qué ha sido de Karoi-san? ese tío es la hostia.