27/05/2018, 17:54
Datsue lo vio venir con tanta claridad como se ve venir la caída tras el tropiezo. Pero, por mucho que uno lo viese venir, no podía hacer nada para evitarlo. La capa de chakra envolviendo la rodilla de Etsu, y el movimiento circular, premonitorio de su desgracia. Su propia pierna, repelida hacia atrás. Y los dos sendos puñetazos de Etsu, que impactaron de lleno en su pecho.
Retrocedió un par de pasos, confuso. El combate cuerpo a cuerpo siempre se le había dado bien. Nunca había tenido una gran fuerza física, pero se consideraba diestro, muy diestro, y eso unido al Sharingan le hacían afrontar los combates a corta distancia con confianza. A veces con demasiada.
Pero los hechos eran los hechos. Tan solo un hombre en todo Oonindo le había hecho buscar las distancias largas. Un amejin, llamado Daruu. No iba a permitir que un kusareño se añadiese a la lista.
Lanzó una patada lateral a media altura, pero, justo cuando iba a impactar, la retrajo. Un simple amago, pues no pensaba caer en la misma treta dos veces. Luego, un puñetazo con la zurda, directo a la mandíbula. Otro amago. El de verdad era el de la derecha. Un puñetazo al costado.
«¿Puñetazo?», sonrió con malicia. No, porque justo antes de impactar, abrió la mano y liberó el kunai que tenía sellado en ella.
—¡Bloquea esta, cabrón! —exclamó mientras trataba de apuñalarle.
Retrocedió un par de pasos, confuso. El combate cuerpo a cuerpo siempre se le había dado bien. Nunca había tenido una gran fuerza física, pero se consideraba diestro, muy diestro, y eso unido al Sharingan le hacían afrontar los combates a corta distancia con confianza. A veces con demasiada.
Pero los hechos eran los hechos. Tan solo un hombre en todo Oonindo le había hecho buscar las distancias largas. Un amejin, llamado Daruu. No iba a permitir que un kusareño se añadiese a la lista.
Lanzó una patada lateral a media altura, pero, justo cuando iba a impactar, la retrajo. Un simple amago, pues no pensaba caer en la misma treta dos veces. Luego, un puñetazo con la zurda, directo a la mandíbula. Otro amago. El de verdad era el de la derecha. Un puñetazo al costado.
«¿Puñetazo?», sonrió con malicia. No, porque justo antes de impactar, abrió la mano y liberó el kunai que tenía sellado en ella.
—¡Bloquea esta, cabrón! —exclamó mientras trataba de apuñalarle.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado