28/05/2018, 22:23
Para cuando los shinobis se alertaron, todo había vuelto a la calma. La mas completa y absoluta calma. Apenas se escuchaban los ronquidos del dormitorio contiguo, pero era lo que mas resaltaba entre tanto silencio. Fuera, ni los grillos daban las buenas noches. Tan solo una tenue luna llena alumbraba con escasa fuerza el exterior. Dentro, pese a que no había ninguna luz, los ojos de los chicos habían terminado por acostumbrarse levemente a tanta oscuridad, y podrían ver —mas o menos— por donde iban caminando. Fuera de la casa, ese pequeño impedimento apenas sería apreciable.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~