3/09/2015, 12:33
El muchacho que se presentó por el nombre de Hozuki Ichiro, se disculpó por su equivocación un poco sorprendido quizás por mi presentación. -No te preocupes Hozuki Ichiro, el gusto es mio. Contesté cordial para que el muchacho se relajara y dejase a un lado el tema de la equivocación, en realidad no era para tanto. -Y si, he visto tu bandana, yo soy un shinobi de Kusagakure no sato. Comenté con naturalidad, para dejar a un lado el tema anterior.
Al parecer Ichiro si que necesitaba algo de ayuda, llevando a cabo un entrenamiento, se desvió embriagado por el paisaje de los enigmáticos parajes del bambú, perdiendo el norte en el proceso. Sin embargo, no me extrañó su respuesta, era cierto que el paraje del bambú es un lugar idóneo, no solo para llevar a cabo entrenamientos, sino para rezar, meditar, entre otras cosas. Por lo que le respondí sonriente al shinobi de Amegakure no sato. -No te preocupes, es normal lo que dices, este lugar es muy especial, lo cierto es, que hiciste bien en explorar este lugar.
Ichiro calmado al fin, observo tranquilo, moviendo su cabeza de un lado para otro el paisaje del lugar, parecía que el lugar era de su agrado. Sorprendido me formuló una pregunta, a la que respondí gustoso. -Bueno, no exactamente, pero el paraje del Bambú es uno de mis lugares preferidos. Es donde suelo entrenar, estudiar, meditar. Es el lugar perfecto, que invita a cultivar el cuerpo y el espíritu. Respondí agradecido por el agrado que estaba mostrando Ichiro por el lugar.
Aún así, parecía que había algo que inquietaba al shinobi de Amegakure. -No te preocupes, puedo indicarte sin problemas la dirección que debes de tomar para volver a tu país. Aunque ya que vienes de tan lejos, me atrevería a decirte que aprovecharas la oportunidad de visitar el lugar. Hay muchos templos que son dignos de ver. Aseguré.
Al parecer Ichiro si que necesitaba algo de ayuda, llevando a cabo un entrenamiento, se desvió embriagado por el paisaje de los enigmáticos parajes del bambú, perdiendo el norte en el proceso. Sin embargo, no me extrañó su respuesta, era cierto que el paraje del bambú es un lugar idóneo, no solo para llevar a cabo entrenamientos, sino para rezar, meditar, entre otras cosas. Por lo que le respondí sonriente al shinobi de Amegakure no sato. -No te preocupes, es normal lo que dices, este lugar es muy especial, lo cierto es, que hiciste bien en explorar este lugar.
Ichiro calmado al fin, observo tranquilo, moviendo su cabeza de un lado para otro el paisaje del lugar, parecía que el lugar era de su agrado. Sorprendido me formuló una pregunta, a la que respondí gustoso. -Bueno, no exactamente, pero el paraje del Bambú es uno de mis lugares preferidos. Es donde suelo entrenar, estudiar, meditar. Es el lugar perfecto, que invita a cultivar el cuerpo y el espíritu. Respondí agradecido por el agrado que estaba mostrando Ichiro por el lugar.
Aún así, parecía que había algo que inquietaba al shinobi de Amegakure. -No te preocupes, puedo indicarte sin problemas la dirección que debes de tomar para volver a tu país. Aunque ya que vienes de tan lejos, me atrevería a decirte que aprovecharas la oportunidad de visitar el lugar. Hay muchos templos que son dignos de ver. Aseguré.