1/06/2018, 22:54
Datsue, tras ver que su oponente estaba bajo el efecto de su técnica, alardeó de su supuesto titulo. A sabiendas de que Etsu estaba paralizado por una técnica que él mismo había diseñado. Eso no cabía dudas. Hasta Etsu se había dado cuenta, esa parálisis no era algo normal, ni algo causado mucho menos por el miedo...
«Hijo de... ¡serás cabrón!»
Sin embargo, el Inuzuka no podía hacer mucho mas que mirarlo con recelo y maldecirlo en silencio. Su cuerpo no respondía a ningún tipo de estímulo. Fue entonces que Datsue retrasó la pierna y alzó los brazos en una ridícula posición de artes marciales digna de película de bajo presupuesto. Sin mas, lanzó un rodillazo directo en la boca del estomago del rastas, que terminó haciendo que se encogiese. Sin miramiento alguno, y al grito de "bloquea ésta, capullo", terminó su acometida asestando al Inuzuka un codazo en la parte posterior de la cabeza, casi a la altura de la nuca.
El quejido de dolor por parte de Etsu en ambos golpes fue ineludible, habían sido dos golpes bien certeros, en los que no había tenido oportunidad siquiera de defenderse. Sin embargo, tan pronto como había caído, el chico volvió a levantarse y alzar la guardia. Su mirada aún estaba hincada en los orbes rojos de su enemigo.
—Así que no se te da bien el taijutsu y recurres a jugarretas de ese estilo... ya veo.
Etsu escupió al suelo, y mas que saliva cayó al suelo sangre. Pero no bajó la guardia, pese a estar dolorido. Sin duda alguna, era algo que no podía permitirse, no podía... debía hacerlo por amor propio, y por el honor del estilo familiar. Sonrió, como solía acostumbrar a hacer frente a las situaciones mas difíciles, casi como desafiando de nuevo a su antagonista.
De hecho, lo hizo, gesticulando con la mano que se acercase.
«No me vas a pillar dos veces con el mismo truco» pensó mientras lo observaba.
«Hijo de... ¡serás cabrón!»
Sin embargo, el Inuzuka no podía hacer mucho mas que mirarlo con recelo y maldecirlo en silencio. Su cuerpo no respondía a ningún tipo de estímulo. Fue entonces que Datsue retrasó la pierna y alzó los brazos en una ridícula posición de artes marciales digna de película de bajo presupuesto. Sin mas, lanzó un rodillazo directo en la boca del estomago del rastas, que terminó haciendo que se encogiese. Sin miramiento alguno, y al grito de "bloquea ésta, capullo", terminó su acometida asestando al Inuzuka un codazo en la parte posterior de la cabeza, casi a la altura de la nuca.
El quejido de dolor por parte de Etsu en ambos golpes fue ineludible, habían sido dos golpes bien certeros, en los que no había tenido oportunidad siquiera de defenderse. Sin embargo, tan pronto como había caído, el chico volvió a levantarse y alzar la guardia. Su mirada aún estaba hincada en los orbes rojos de su enemigo.
—Así que no se te da bien el taijutsu y recurres a jugarretas de ese estilo... ya veo.
Etsu escupió al suelo, y mas que saliva cayó al suelo sangre. Pero no bajó la guardia, pese a estar dolorido. Sin duda alguna, era algo que no podía permitirse, no podía... debía hacerlo por amor propio, y por el honor del estilo familiar. Sonrió, como solía acostumbrar a hacer frente a las situaciones mas difíciles, casi como desafiando de nuevo a su antagonista.
De hecho, lo hizo, gesticulando con la mano que se acercase.
«No me vas a pillar dos veces con el mismo truco» pensó mientras lo observaba.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~