3/06/2018, 17:43
El considerable peso de la enciclopedia tomó tan por sorpresa a la muchacha que esta ni se percató de que no había dado las gracias adecuadamente, ya que su agradecimiento no llegó a verse finalizado. Al escuchar al hombre, malhumorado, paró en seco y giró el rostro además de parte del torso para encarar parcialmente al anciano.
—¡Oh, lo siento mucho! —exclamó, aturullada—. ¡Muchas gracias!
De vuelta frente al mostrador, Karma se enfrascó en sus pensamientos por un momento. «Supongo que será una enciclopedia cara, es muy grande. ¿Llevaré suficiente dinero?», el expectante empleado la arrancó de sus cavilaciones con aquella pregunta.
La fémina dio un pequeño bote.
—Oh no, esto es todo —respondió con una media sonrisa casi de inmediato, su nerviosismo bien patente.
Haciendo uso de un esfuerzo considerable para su musculatura, la joven sostuvo el tomo con un brazo mientras la mano del restante buscaba un par de billetes dentro de su kimono. Pagó el libro haciendo uso de este papel moneda que, afortunadamente, sí que era suficiente.
—Ya estoy, disculpa la espera —le indicó al amejin—. ¿Qué llevas tú, Keisuke-san?
—¡Oh, lo siento mucho! —exclamó, aturullada—. ¡Muchas gracias!
De vuelta frente al mostrador, Karma se enfrascó en sus pensamientos por un momento. «Supongo que será una enciclopedia cara, es muy grande. ¿Llevaré suficiente dinero?», el expectante empleado la arrancó de sus cavilaciones con aquella pregunta.
La fémina dio un pequeño bote.
—Oh no, esto es todo —respondió con una media sonrisa casi de inmediato, su nerviosismo bien patente.
Haciendo uso de un esfuerzo considerable para su musculatura, la joven sostuvo el tomo con un brazo mientras la mano del restante buscaba un par de billetes dentro de su kimono. Pagó el libro haciendo uso de este papel moneda que, afortunadamente, sí que era suficiente.
—Ya estoy, disculpa la espera —le indicó al amejin—. ¿Qué llevas tú, Keisuke-san?