3/06/2018, 21:50
—¿Te gusta la cocina, Keisuke-san?
—Me toca cocinar de vez en cuando, entonces con estas recetas podré cambiar un poco el menú y no ser tan repetitivo jeje.— Respondí mientras consideraba mi situación, o cocinaba Hazegawa o lo hacía yo, y últimamente habíamos estado recalentando comida, pidiendo comida para llevar o comiendo en la calle...
Ajeno a la situación de nuestro alrededor, seguí caminando por las calles de Yamiria hasta que la chica llamó mi atención entonces me detuve y le vi el rostro, luego negué con la cabeza ante su incógnita, miré a mi alrededor y caí en cuenta que Karma tenía razón, topé mis ojos con más de un par que nos miraban, las personas que se habían detenido siguieron andando los otros disimularon más su cuchicheo, pero no dejábamos de ser el centro de atención...
—No sé que pasa.— Me detuve del todo y miré hacia atrás. —No me gusta, será mejor que vayamos para otra parte de la ciudad.— Murmuré para que solamente ella me escuchase. Seguí mi caminar como sí nada sucediera, hice que estaba leyendo el folleto, pero esta vez no era así, estaba observando todo a mi alcance. —Creo que alguien nos sigue.— Revelé a la pelimorada para que estuviese atenta, con la guardia en alto.
Y efectivamente era como yo decía, sí Kojima prestaba la atención necesaria vería como una niña pelinegra de unos ocho años de edad, vestida con ropa sucia y vieja, caminaba detrás de nosotros, giraba en dónde girábamos y no dudaba en perdernos de vista.
—Me toca cocinar de vez en cuando, entonces con estas recetas podré cambiar un poco el menú y no ser tan repetitivo jeje.— Respondí mientras consideraba mi situación, o cocinaba Hazegawa o lo hacía yo, y últimamente habíamos estado recalentando comida, pidiendo comida para llevar o comiendo en la calle...
Ajeno a la situación de nuestro alrededor, seguí caminando por las calles de Yamiria hasta que la chica llamó mi atención entonces me detuve y le vi el rostro, luego negué con la cabeza ante su incógnita, miré a mi alrededor y caí en cuenta que Karma tenía razón, topé mis ojos con más de un par que nos miraban, las personas que se habían detenido siguieron andando los otros disimularon más su cuchicheo, pero no dejábamos de ser el centro de atención...
—No sé que pasa.— Me detuve del todo y miré hacia atrás. —No me gusta, será mejor que vayamos para otra parte de la ciudad.— Murmuré para que solamente ella me escuchase. Seguí mi caminar como sí nada sucediera, hice que estaba leyendo el folleto, pero esta vez no era así, estaba observando todo a mi alcance. —Creo que alguien nos sigue.— Revelé a la pelimorada para que estuviese atenta, con la guardia en alto.
Y efectivamente era como yo decía, sí Kojima prestaba la atención necesaria vería como una niña pelinegra de unos ocho años de edad, vestida con ropa sucia y vieja, caminaba detrás de nosotros, giraba en dónde girábamos y no dudaba en perdernos de vista.