15/06/2018, 16:24
Karma actuó como debía, facilitándome el trabajo, el proceso dio inicio de la forma adecuada y continuó según lo previsto. El proceder duró lo necesario, no fue ni mu rápido, ni muy lento, pero sí lo suficiente como para agotar un poco a la pelimorada y a mi persona, la tensión se podía sentir en el ambiente, cierto peso recaía sobre mi e incluso la kunoichi podría percibir que parte caía sobre ella.
Las ollas se fueron llenando de agua contaminada y el proceso finalizó cuando las partículas de las toxinas fueron imperceptibles al ojo humano. —Terminamos.— Me relajé un poco y me separé del sofá para sacarme el par de guantes.
—Nuestro trabajo esta terminado.— Dije irremediablemente. —Es hora de irnos.— Anuncié a Karma quien seguramente aquellas palabras serían música para sus oídos.
Desde la escalera se escuchó un ruido inconfundible, una persona subía con total calma hacía nuestro piso, unos cuantos segundos bastaron para que esta persona hiciera presencia justo frente a nosotros. Se trataba de una mujer joven, vestía con un kimono de seda bastante elegante, tenía cierto parecido a la chiquilla del retrato.
—Hana-sama! Ellos ya terminaron, la vida de Hikari esta salvada!— Acudió rápidamente a informarle de las novedades.
—Solo sí lo dejas descansar, no hagas tanto ruido.— Recriminó el otro para que bajase un poco la voz a la par que recogía todos los utensilios utilizados por nosotros.
—Fue un placer haberlos ayudado, pero como les decía, ya es hora de que marchemos...
—Claro, muy amable de su parte que pudieran colaborar con nosotros.— Agradeció Hana mientras nos regalaba una noble sonrisa. Era evidente que ella era diferente a lo demás, pero no por ello los dejaba a un lado. —Siganme y les indicaré las salida.— Comenzó a descender por los peldaños.
—Tenía pensado pasar un poco más de tiempo en Yamiria, pero con los últimos acontecimientos prefiero irme de una vez.— Dije en tono de despedida. —Espero que la próxima vez que nos veamos sea en una situación más calmada.— Sonreí y luego empecé a caminar a la salida de la ciudad.
Las ollas se fueron llenando de agua contaminada y el proceso finalizó cuando las partículas de las toxinas fueron imperceptibles al ojo humano. —Terminamos.— Me relajé un poco y me separé del sofá para sacarme el par de guantes.
—Nuestro trabajo esta terminado.— Dije irremediablemente. —Es hora de irnos.— Anuncié a Karma quien seguramente aquellas palabras serían música para sus oídos.
Desde la escalera se escuchó un ruido inconfundible, una persona subía con total calma hacía nuestro piso, unos cuantos segundos bastaron para que esta persona hiciera presencia justo frente a nosotros. Se trataba de una mujer joven, vestía con un kimono de seda bastante elegante, tenía cierto parecido a la chiquilla del retrato.
—Hana-sama! Ellos ya terminaron, la vida de Hikari esta salvada!— Acudió rápidamente a informarle de las novedades.
—Solo sí lo dejas descansar, no hagas tanto ruido.— Recriminó el otro para que bajase un poco la voz a la par que recogía todos los utensilios utilizados por nosotros.
—Fue un placer haberlos ayudado, pero como les decía, ya es hora de que marchemos...
—Claro, muy amable de su parte que pudieran colaborar con nosotros.— Agradeció Hana mientras nos regalaba una noble sonrisa. Era evidente que ella era diferente a lo demás, pero no por ello los dejaba a un lado. —Siganme y les indicaré las salida.— Comenzó a descender por los peldaños.
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—Tenía pensado pasar un poco más de tiempo en Yamiria, pero con los últimos acontecimientos prefiero irme de una vez.— Dije en tono de despedida. —Espero que la próxima vez que nos veamos sea en una situación más calmada.— Sonreí y luego empecé a caminar a la salida de la ciudad.