18/06/2018, 23:51
Mientras uno de los matones todavía berreaba con los palillos incrustados en la palma de su mano, su compañero hecho mano de su acero, con la intención de propinar un tajo descendente a Etsu; si dejaba aquel ataque como si nada, no les volverían a tomar en serio. Sin embargo, el ninja venido de una villa de cuyo nombre no quiero acordarme, leyó a su enemigo como un libro abierto, y con la misma agilidad y facilidad que tuvo Akane para comerse el plato de su compañero, Etsu evadió al matón sin ninguna dificultad.
Un estridente golpe resonó por todo el local, y los que se habían quedado para observar por curiosidad, lo abandonaron acto seguido. El arma quedo clavada, y pese a que dio un tirón para intentar recuperar la posición con el arma, le fue imposible, por lo que la soltó buscando golpear al chaval con una patada, pero volvió a fallar estrepitosamente.
Acto seguido, el acompañante se tiro de cabeza a por el mesero, el cual le estaba provocando haciendo simples gestos con las manos; incluso parecía divertirse, pues esbozo una sonrisa en su rostro cuando este se abalanzo sobre él, rodando y golpeándose entre ellos dirección a la cocina.
— Oye, oye, ooooye... que ha sido culpa tuya, yo ya te avisé de que me dejaras en paz. — A diferencia de ellos, Etsu todavía conservaba la calma. ¿Ignorancia? ¿Seguro de sus habilidades? ¿O estupidez divina? En cualquier caso, no tardo en responder saltando sobre él, para ser esquivado con facilidad. Rodo y tiro varias mesas, alcanzando la comida de Ryuko y echando a perder lo que mas le interesaba, los postres.
— ¡Y ahora quien me devuelve el dinero de toda esta comida!
Como un topo que sale de su madriguera, Ryuko sobresalió entre las sillas y mesas tiradas por el suelo, por suerte no fue golpeada, pero no podía decir lo mismo de su comida. Completamente frustrada por lo ocurrido, quiso buscar al responsable, pero el único que era mas visible, era Etsu, quien daba la sensación de estar disfrutando de lo acontecido.
— ¡¿Se puede saber que haces?! ¿¡A que viene todo este alboroto!? — Tan centrada estaba en comer, y tan poco le preocupaba lo que no fuera su estomago, que no había ni visto a los matones cuando entraron.
Un estridente golpe resonó por todo el local, y los que se habían quedado para observar por curiosidad, lo abandonaron acto seguido. El arma quedo clavada, y pese a que dio un tirón para intentar recuperar la posición con el arma, le fue imposible, por lo que la soltó buscando golpear al chaval con una patada, pero volvió a fallar estrepitosamente.
Acto seguido, el acompañante se tiro de cabeza a por el mesero, el cual le estaba provocando haciendo simples gestos con las manos; incluso parecía divertirse, pues esbozo una sonrisa en su rostro cuando este se abalanzo sobre él, rodando y golpeándose entre ellos dirección a la cocina.
— Oye, oye, ooooye... que ha sido culpa tuya, yo ya te avisé de que me dejaras en paz. — A diferencia de ellos, Etsu todavía conservaba la calma. ¿Ignorancia? ¿Seguro de sus habilidades? ¿O estupidez divina? En cualquier caso, no tardo en responder saltando sobre él, para ser esquivado con facilidad. Rodo y tiro varias mesas, alcanzando la comida de Ryuko y echando a perder lo que mas le interesaba, los postres.
— ¡Y ahora quien me devuelve el dinero de toda esta comida!
Como un topo que sale de su madriguera, Ryuko sobresalió entre las sillas y mesas tiradas por el suelo, por suerte no fue golpeada, pero no podía decir lo mismo de su comida. Completamente frustrada por lo ocurrido, quiso buscar al responsable, pero el único que era mas visible, era Etsu, quien daba la sensación de estar disfrutando de lo acontecido.
— ¡¿Se puede saber que haces?! ¿¡A que viene todo este alboroto!? — Tan centrada estaba en comer, y tan poco le preocupaba lo que no fuera su estomago, que no había ni visto a los matones cuando entraron.