20/06/2018, 15:34
Tenía que haber terminado aquel combate mucho antes, cuando había paralizado a Etsu con el Jigō Jubaku no In.
Y es que, mientras Etsu sonreía, él sufría. No estaba hecho para sangrar. Para sufrir. Para bregar en un combate sangriento, rudo y violento. Para empezar, nunca le habían gustado aquel tipo de combates, sin recompensa para el ganador, con el único objetivo de entrenar. Por no gustar, no le gustaba ninguno. Si acaso, aquellos en los que el componente estratégico era dueño y señor de la batalla. Le gustaba poner a prueba su mente…
… pero sin que a su cuerpo le pasase factura. ¡Crack! El sonido de cabeza contra cabeza. Se tambaleó. Su mente se desconectó por un instante. Y, entonces…
… entonces recordó por qué luchaba. Por qué había sido de él, de hecho, quien había propuesto aquel combate. Verse superado numéricamente. Estar contra las cuerdas. Sí, aquello era justamente lo que estaba buscando. Porque debía estar preparado para lo que se avecinaba, en cierto lago de cierta Villa no tan lejana.
Vio como Etsu le zancadilleaba. Datsue le soltó los brazos. De pronto, sabía lo que hacer.
Mientras caía, como un moribundo al despeñarse por un desfiladero, asió lo único que tenía a mano para salvarse. La única grieta en la escarpada piedra para agarrarse. El kunai que Etsu todavía llevaba clavado en el estómago. Lo sacó.
Etsu le cayó encima, con todo el peso de la muerte.
Datsue le dio la bienvenida. La muerte era, en aquellos momentos, su mejor aliada. Aprovechando la proximidad de sus cuerpos le apuñaló de nuevo en un costado. Con rabia, mientras colocaba el brazo izquierdo entre él y Etsu y su espalda se daba de bruces contra el suelo.
Y es que, mientras Etsu sonreía, él sufría. No estaba hecho para sangrar. Para sufrir. Para bregar en un combate sangriento, rudo y violento. Para empezar, nunca le habían gustado aquel tipo de combates, sin recompensa para el ganador, con el único objetivo de entrenar. Por no gustar, no le gustaba ninguno. Si acaso, aquellos en los que el componente estratégico era dueño y señor de la batalla. Le gustaba poner a prueba su mente…
… pero sin que a su cuerpo le pasase factura. ¡Crack! El sonido de cabeza contra cabeza. Se tambaleó. Su mente se desconectó por un instante. Y, entonces…
… entonces recordó por qué luchaba. Por qué había sido de él, de hecho, quien había propuesto aquel combate. Verse superado numéricamente. Estar contra las cuerdas. Sí, aquello era justamente lo que estaba buscando. Porque debía estar preparado para lo que se avecinaba, en cierto lago de cierta Villa no tan lejana.
Vio como Etsu le zancadilleaba. Datsue le soltó los brazos. De pronto, sabía lo que hacer.
Mientras caía, como un moribundo al despeñarse por un desfiladero, asió lo único que tenía a mano para salvarse. La única grieta en la escarpada piedra para agarrarse. El kunai que Etsu todavía llevaba clavado en el estómago. Lo sacó.
Etsu le cayó encima, con todo el peso de la muerte.
Datsue le dio la bienvenida. La muerte era, en aquellos momentos, su mejor aliada. Aprovechando la proximidad de sus cuerpos le apuñaló de nuevo en un costado. Con rabia, mientras colocaba el brazo izquierdo entre él y Etsu y su espalda se daba de bruces contra el suelo.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado