1/07/2018, 23:43
El chico devolvió la reverencia a la mujer, de manera respetuosa y drásticamente formal. La mujer sonrió, e hizo un gesto con el brazo para que guardase la compostura —tranquilo, tranquilo.
No solo eso, el chico con ausencia de cabellera se lanzó al ruedo, ofreciendo ayuda a la mujer en cualquier cosa que pudiese necesitar. Sin embargo no era necesario, era una mujer de campo, acostumbrada a ejercer de pleno en casa además de con las tareas ajenas a ésta. Un simple desayuno para un par mas que de costumbre no era nada del otro mundo.
—Gracias, pero está bien así. En breve lo tendré listo.
Sin demora, la mujer sacó una mesa plegable del cuarto, y la extendió en un gesto certero casi a mitad de la sala. Dejó de lado a la chica, que aún dormía perezosa. Por otro lado, lo hizo sin hacer demasiado ruido, una cosa no quitaba la otra. Tras desplegar la mesa, la vistió con una jarra de leche fresca, una cesta llena de bollitos, una jarra de zumo de naranja, y un pequeño paquete de cereales. A ésta oferta, añadió unos cuantos cuencos, así como vasos para que cada uno se pudiese servir.
—El desayuno está servido —aclaró.
»Vaya, tu compañera si que tenía sueño... casi parece que no hubiese dormido por una semana —indicó al ver que aún no despertaba. No era quién para juzgarla, seguro que todo tendría su motivo.
La mujer llevó la mirada hacia su habitación, donde la pequeña aún se debatía si debía acudir o no a desayuno.
—Vamos, ven... son amigos de mamá y papá.
Remoloneó, no quería del todo, pero al final terminó por salir de su guarida. Con paso lento, y dubitativo, la chica caminó hacia la mesa, con ambas manos tras la espalda, tímida como ella misma.
No solo eso, el chico con ausencia de cabellera se lanzó al ruedo, ofreciendo ayuda a la mujer en cualquier cosa que pudiese necesitar. Sin embargo no era necesario, era una mujer de campo, acostumbrada a ejercer de pleno en casa además de con las tareas ajenas a ésta. Un simple desayuno para un par mas que de costumbre no era nada del otro mundo.
—Gracias, pero está bien así. En breve lo tendré listo.
Sin demora, la mujer sacó una mesa plegable del cuarto, y la extendió en un gesto certero casi a mitad de la sala. Dejó de lado a la chica, que aún dormía perezosa. Por otro lado, lo hizo sin hacer demasiado ruido, una cosa no quitaba la otra. Tras desplegar la mesa, la vistió con una jarra de leche fresca, una cesta llena de bollitos, una jarra de zumo de naranja, y un pequeño paquete de cereales. A ésta oferta, añadió unos cuantos cuencos, así como vasos para que cada uno se pudiese servir.
—El desayuno está servido —aclaró.
»Vaya, tu compañera si que tenía sueño... casi parece que no hubiese dormido por una semana —indicó al ver que aún no despertaba. No era quién para juzgarla, seguro que todo tendría su motivo.
La mujer llevó la mirada hacia su habitación, donde la pequeña aún se debatía si debía acudir o no a desayuno.
—Vamos, ven... son amigos de mamá y papá.
Remoloneó, no quería del todo, pero al final terminó por salir de su guarida. Con paso lento, y dubitativo, la chica caminó hacia la mesa, con ambas manos tras la espalda, tímida como ella misma.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~