2/07/2018, 23:09
—Hace poco más de dos años —respondió según bajaba las escaleras.
El interior de la bodega era espacioso. Habían plataformas y vigas de madera a ambos lados, con barriles y cajas firmemente amarrados a estos, ordenados con elegancia.
La kunoichi se apoyó sobre una de estas vigas. El dolor de cabeza le perforaba el cráneo. Quería mantener una expresión estoica, pero en ocasiones el dolor se transparentaba en sus facciones.
—Todo este tiempo me he dedicado a cuidar de niños o hacer de limpiadora —continuó con la conversación—. ¿Y tú? ¿Cómo es la vida de ninja en Amegakure?
El interior de la bodega era espacioso. Habían plataformas y vigas de madera a ambos lados, con barriles y cajas firmemente amarrados a estos, ordenados con elegancia.
La kunoichi se apoyó sobre una de estas vigas. El dolor de cabeza le perforaba el cráneo. Quería mantener una expresión estoica, pero en ocasiones el dolor se transparentaba en sus facciones.
—Todo este tiempo me he dedicado a cuidar de niños o hacer de limpiadora —continuó con la conversación—. ¿Y tú? ¿Cómo es la vida de ninja en Amegakure?