5/07/2018, 17:03
El sol se alzaba en el firmamento de Uzushiogakure, así como la lluvia se mantenía constante sobre Amegakure, aquí era algo similar, desde el primer día que estaba ahí no había visto caer la primera gota de agua. Así que sí no puedes con el enemigo, unetele ¿no?
Es por eso que ese día en especial me dirigí a las costas del remolino, con una pequeña cava de mano, una toalla, vestía con un short negro y con estampado floreado en blanco, una franela sin mangas de color blanco, en la que descansaban unos lentes oscuros, con el logo de Amegakure en la espalda, una gorra del mismo color que la franelilla y unas sandalias más cómodas e informales que las ninjas. La buena vibra me acompañaba, tenía un buen presentimiento el día de hoy, podría disfrutar de la arena y olas, del sol.
No tarde mucho en ubicar la dirección de la playa y en poco tiempo la pálida arena estaba bajo mis pies, sentía como corría la brisa y varias palmeras se alzaban orgullosas, el sol se mantenía firme irradiando y contagiándome de su calor. "Si pierdo por lo menos podré lucir un buen bronceado."
Busqué uno de esos toldos que estarían alquilando en la playa y después de cancelar lo necesario me puse cómodo, ahora las gafas protegían mis ojos y en mis manos estaba una lata de cerveza bien fría.
El panorama en general estaba bien, había gente en la arena, seguramente turistas o aldeanos y obviamente vendedores aprovechando la oportunidad de incrementar sus ingresos.
Es por eso que ese día en especial me dirigí a las costas del remolino, con una pequeña cava de mano, una toalla, vestía con un short negro y con estampado floreado en blanco, una franela sin mangas de color blanco, en la que descansaban unos lentes oscuros, con el logo de Amegakure en la espalda, una gorra del mismo color que la franelilla y unas sandalias más cómodas e informales que las ninjas. La buena vibra me acompañaba, tenía un buen presentimiento el día de hoy, podría disfrutar de la arena y olas, del sol.
No tarde mucho en ubicar la dirección de la playa y en poco tiempo la pálida arena estaba bajo mis pies, sentía como corría la brisa y varias palmeras se alzaban orgullosas, el sol se mantenía firme irradiando y contagiándome de su calor. "Si pierdo por lo menos podré lucir un buen bronceado."
Busqué uno de esos toldos que estarían alquilando en la playa y después de cancelar lo necesario me puse cómodo, ahora las gafas protegían mis ojos y en mis manos estaba una lata de cerveza bien fría.
El panorama en general estaba bien, había gente en la arena, seguramente turistas o aldeanos y obviamente vendedores aprovechando la oportunidad de incrementar sus ingresos.