12/07/2018, 16:00
El verdadero Akame asintió, cerrando los ojos mientras fumaba otra calada. «Saber reconocer los límites de uno mismo también es una valiosa cualidad para cualquier ninja...»
El Akame del Oeste, habiendo sorteado exitosamente al jabalí, decidió continuar su búsqueda sin importunar al animal. Sin embargo, al poco se detuvo; ¿y si aquel animal estaba olisqueando la tierra en busca del rastro de un río en el que abrevar?
La duda le asaltaba. ¿Debía observar simplemente a la bestia desde lejos, y esperar que ésta le llevase hasta aquel río místico? Cuanto más lo pensaba, menos convencido estaba.
Al final, optó por simplemente seguir buscando algún rastro de aquella senda por sí mismo.
El Akame del Este alzó una ceja, inquisitivo, al distinguir las características marcas de un sendero en desuso sobre la tierra. Se esforzó en identificar las lindes del mismo y tratar de encontrar hacia dónde iban, siguiendo el camino con atención y sin desviarse.
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El Akame del Oeste, habiendo sorteado exitosamente al jabalí, decidió continuar su búsqueda sin importunar al animal. Sin embargo, al poco se detuvo; ¿y si aquel animal estaba olisqueando la tierra en busca del rastro de un río en el que abrevar?
La duda le asaltaba. ¿Debía observar simplemente a la bestia desde lejos, y esperar que ésta le llevase hasta aquel río místico? Cuanto más lo pensaba, menos convencido estaba.
Al final, optó por simplemente seguir buscando algún rastro de aquella senda por sí mismo.
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El Akame del Este alzó una ceja, inquisitivo, al distinguir las características marcas de un sendero en desuso sobre la tierra. Se esforzó en identificar las lindes del mismo y tratar de encontrar hacia dónde iban, siguiendo el camino con atención y sin desviarse.