13/07/2018, 16:12
—Ni preguntas ni interrupciones, por favor —le espetó la mujer, o el hombre (a aquellas alturas y en aquella penumbra, no le era fácil discernirlo) y Ayame frunció los labios en un pequeño mohín.
«Jopetas, si sólo le he saludado...» Pensó, pero se limitó a asentir con la cabeza y a escuchar con atención.
—La segunda prueba consiste en una serie de ilusiones que te exigirán tomar una decisión —comenzó a explicar, y Ayame frunció el ceño ligeramente. Cuanto más la oía hablar, más familiar le resultaba su voz. Llamaba a sus recuerdos, pero estos no terminaban de responder. ¿De verdad la conocía?—. Cuando hayas decidido, el Genjutsu te dará un tiempo para que expliques el porqué de tus acciones, puedes extenderte cuanto quieras. Al acabar tu explicación, saltará directamente la siguiente escena donde deberás tomar otra decisión. Tras finalizar la segunda ilusión volverás a tener que explicarte y ya podrás preguntar. Es obvio que NO puedes, ni debes, usar el Kai ni resistirte a la ilusión. Es un jutsu complejo, si te resistes podría no funcionar como debería—hizo una pequeña pausa y Ayame asintió, dándole a entender que lo estaba comprendiendo—. Si tienes algún problema, puedes abandonar ahora mismo. Si sales de este aula antes de acabar la prueba, se considerarán los puntos que tengas hasta entonces, pero todo lo posterior estará suspenso. Hasta ahora tienes un punto por haberte sentado.
«¿Sólo por haberme presentado?» Se preguntó, genuinamente confundida. ¿Acaso...?
Fuera como fuera, el examinador volvió a señalar hacia la puerta, como si quisiera remarcar la posibilidad de retirarse en aquel instante. Pero rendirse no era ninguna opción, no después de haber llegado hasta allí y haber superado la primera prueba con éxito.
— Te advierto que las ilusiones pueden ser algo más fuertes que unas persianas.
«Lo sabe. Conoce mis debilidades.» Fue entonces cuando las piezas terminaron de encajar en su cerebro. ¡Por eso estaba la habitación casi a oscuras! Y, pese a todo, se le dibujó una temblorosa sonrisa en los labios.
—Continuaré adelante. Estoy lista para la segunda prueba.
Ella ya se había enfrentado en numerosas ocasiones a un maestro de la ilusiones que conocía todas y cada una de sus debilidades. Los Genjutsu de aquel examinador no podían ser peores que las de un experto como Aotsuki Zetsuo...
¿No...?
«Jopetas, si sólo le he saludado...» Pensó, pero se limitó a asentir con la cabeza y a escuchar con atención.
—La segunda prueba consiste en una serie de ilusiones que te exigirán tomar una decisión —comenzó a explicar, y Ayame frunció el ceño ligeramente. Cuanto más la oía hablar, más familiar le resultaba su voz. Llamaba a sus recuerdos, pero estos no terminaban de responder. ¿De verdad la conocía?—. Cuando hayas decidido, el Genjutsu te dará un tiempo para que expliques el porqué de tus acciones, puedes extenderte cuanto quieras. Al acabar tu explicación, saltará directamente la siguiente escena donde deberás tomar otra decisión. Tras finalizar la segunda ilusión volverás a tener que explicarte y ya podrás preguntar. Es obvio que NO puedes, ni debes, usar el Kai ni resistirte a la ilusión. Es un jutsu complejo, si te resistes podría no funcionar como debería—hizo una pequeña pausa y Ayame asintió, dándole a entender que lo estaba comprendiendo—. Si tienes algún problema, puedes abandonar ahora mismo. Si sales de este aula antes de acabar la prueba, se considerarán los puntos que tengas hasta entonces, pero todo lo posterior estará suspenso. Hasta ahora tienes un punto por haberte sentado.
«¿Sólo por haberme presentado?» Se preguntó, genuinamente confundida. ¿Acaso...?
Fuera como fuera, el examinador volvió a señalar hacia la puerta, como si quisiera remarcar la posibilidad de retirarse en aquel instante. Pero rendirse no era ninguna opción, no después de haber llegado hasta allí y haber superado la primera prueba con éxito.
— Te advierto que las ilusiones pueden ser algo más fuertes que unas persianas.
«Lo sabe. Conoce mis debilidades.» Fue entonces cuando las piezas terminaron de encajar en su cerebro. ¡Por eso estaba la habitación casi a oscuras! Y, pese a todo, se le dibujó una temblorosa sonrisa en los labios.
—Continuaré adelante. Estoy lista para la segunda prueba.
Ella ya se había enfrentado en numerosas ocasiones a un maestro de la ilusiones que conocía todas y cada una de sus debilidades. Los Genjutsu de aquel examinador no podían ser peores que las de un experto como Aotsuki Zetsuo...
¿No...?