11/09/2015, 12:48
Blame se encogió de hombros al escuchar la respuesta ante tan sofisticado comentario. Al parecer no le era agradable ser tratada como una chica de alta cuna, cuando ella misma se había presentado con apellido y todo. Curioso. Mas tampoco tenía mucho con que reprocharle, realmente le importaba menos que un bledo.
—Mmmm ok, como quieras.—
Habiéndole mencionado que era posible que sus familiares estuviesen dentro del castillo, la chico confirmó lo obvio. Tenían el museo como principal objetivo, y era posible que en camino se la hubiesen dejado enganchada contra algo. Como tampoco parecía muy engreída o de carácter, no era de extrañar la situación en que se encontraba. Sola, y buscando cómo llegar hasta ellos sin molestar a demasiada gente. De seguro aún andaba pensando en alguna manera de llegar hasta el museo con confrontar contra unos cuantos...
De pronto, la chica confirmó lo que pensaba el Senju. Buscaba como llegar hasta el museo, pero veía imposible llegar antes de pasadas unas cuantas horas. Qué poca maldad llevaba esa chica, o qué bien la disimulaba. Sin duda era un espécimen perfecto en teatro de sentimientos.
—Se me ocurren varias maneras... pero no creo que ninguna sea de tu agrado...— Informó con una sonrisa.
Giró de nuevo, y buscó con la vista la puerta del castillo. Entre ellos y la puerta, un océano de personas.
«¿Y por qué querría ayudar a ésta chica?»
Un pensamiento bastante claro revoloteó por su cabeza. Evidentemente, no había nada que le hiciese querer ayudarla, quizás solo estaba perdiendo el tiempo. ¿O solo lo hacía por reírse viendo cómo la chica intentaba parecer un ángel inofensivo y hecho de pura bondad?
—Mmmm ok, como quieras.—
Habiéndole mencionado que era posible que sus familiares estuviesen dentro del castillo, la chico confirmó lo obvio. Tenían el museo como principal objetivo, y era posible que en camino se la hubiesen dejado enganchada contra algo. Como tampoco parecía muy engreída o de carácter, no era de extrañar la situación en que se encontraba. Sola, y buscando cómo llegar hasta ellos sin molestar a demasiada gente. De seguro aún andaba pensando en alguna manera de llegar hasta el museo con confrontar contra unos cuantos...
De pronto, la chica confirmó lo que pensaba el Senju. Buscaba como llegar hasta el museo, pero veía imposible llegar antes de pasadas unas cuantas horas. Qué poca maldad llevaba esa chica, o qué bien la disimulaba. Sin duda era un espécimen perfecto en teatro de sentimientos.
—Se me ocurren varias maneras... pero no creo que ninguna sea de tu agrado...— Informó con una sonrisa.
Giró de nuevo, y buscó con la vista la puerta del castillo. Entre ellos y la puerta, un océano de personas.
«¿Y por qué querría ayudar a ésta chica?»
Un pensamiento bastante claro revoloteó por su cabeza. Evidentemente, no había nada que le hiciese querer ayudarla, quizás solo estaba perdiendo el tiempo. ¿O solo lo hacía por reírse viendo cómo la chica intentaba parecer un ángel inofensivo y hecho de pura bondad?