26/07/2018, 01:51
Tras culminar con la justificación de mis acciones la ilusión me llevó a otro ambiente y a otra situación, seguramente más compleja que la anterior.
Cuando todo recobró forma logré notar que me encontraba en el interior de una tienda de campaña, también sabía que era de noche y que por la situación en que me encontraba, esposado y prisionero, era rehén en un campamento enemigo; vestía con una camiseta de manga corta y un short corto, no tenía ninguna de mis pertenencias, ni armas ni nada, prácticamente estaba perdido en todos los aspectos, no podía manipular chakra ni nada más...
"Calmado... Es una dura situación... ¿Querrá que escape?" Pensé al ver la situación en que me encontraba.
No obstante, no tuve chance a pensar nada más, repentinamente entró un hombre que arrojó a otro chico a mi lado, él se encontraba en la misma situación, esposado y despojado de sus pertenencias; el sujeto que acababa de entrar era rubio y ojos verdes, posiblemente fuera el líder; me enfoqué nuevamente en el otro rehén, se me hacía terriblemente familiar...
"¿De dónde lo conozco?" Intenté hacer memoria. "Creo que de la academia, sí, seguro que fue ahí."
El sujeto no tardó en hablar, explicó que mi colega no le había sido de ayuda y que en consecuencia tomaría otras medidas para obtener la información, incluso una buena dosis de psicoterror fue necesaria, amenazó con mutilar uno de los miembros inferiores del chico y de ser necesario ambos. Dio una orden y dos hombres más entraron a la tienda y tomaron al ahora asustado genin, seguí a sus subordinados con mis ojos y noté eran unos musculosos con cabeza hueca; el jefe tomó otro camino buscando una herramienta adecuaa para llevar acabo su objetivo.
"Esto se torna de mal en peor..." Me dije cuando le vi agarrar la sierra.
Y lo que en un momento fue puro bla bla bla, se convirtió en una realidad porque los dientes de hierro ya se encontraban próximos de aquella apetecible extremidad. —¡¿Qué es lo que quieren?!— Exclamé para llamar su atención, quizá ganar unos segundos y escuchar sus demandas, quizá podría evitar la mutilación de aquel muchacho.
Mis ojos se toparon con los del genin y pude sentir impotencia y frustración, al encontrarme ahí y no ser capaz de poder hacer nada, físicamente hablando, traté de mantenerme calmado y hacerle percibir lo mismo, sí todo salía bien nadie tendría que usar muletas...
Y entonces la pregunta del millón de ryous llegó a mis oídos. —¿Qué?— Balbuceé sorprendido. "¿El jinchuriki?" Repasé lo que había dicho.
—Espera! Él no sabe quién es el jinchuriki.— Dije rápidamente. —Y lamento decir que yo tampoco lo sé, somos shinobis de bajo rango, ese tipo de información no la manejamos nosotros.— Me excuse también, sabiendo que a lo mejor no sería suficiente, probablemente no nos creerían y ambos terminaríamos muertos. —Esa es la verdad.— Mencioné con firmeza aunque con mucha mayor incertidumbre sobre nuestro futuro próximo.
"¿Ahora qué...?"
Cuando todo recobró forma logré notar que me encontraba en el interior de una tienda de campaña, también sabía que era de noche y que por la situación en que me encontraba, esposado y prisionero, era rehén en un campamento enemigo; vestía con una camiseta de manga corta y un short corto, no tenía ninguna de mis pertenencias, ni armas ni nada, prácticamente estaba perdido en todos los aspectos, no podía manipular chakra ni nada más...
"Calmado... Es una dura situación... ¿Querrá que escape?" Pensé al ver la situación en que me encontraba.
No obstante, no tuve chance a pensar nada más, repentinamente entró un hombre que arrojó a otro chico a mi lado, él se encontraba en la misma situación, esposado y despojado de sus pertenencias; el sujeto que acababa de entrar era rubio y ojos verdes, posiblemente fuera el líder; me enfoqué nuevamente en el otro rehén, se me hacía terriblemente familiar...
"¿De dónde lo conozco?" Intenté hacer memoria. "Creo que de la academia, sí, seguro que fue ahí."
El sujeto no tardó en hablar, explicó que mi colega no le había sido de ayuda y que en consecuencia tomaría otras medidas para obtener la información, incluso una buena dosis de psicoterror fue necesaria, amenazó con mutilar uno de los miembros inferiores del chico y de ser necesario ambos. Dio una orden y dos hombres más entraron a la tienda y tomaron al ahora asustado genin, seguí a sus subordinados con mis ojos y noté eran unos musculosos con cabeza hueca; el jefe tomó otro camino buscando una herramienta adecuaa para llevar acabo su objetivo.
"Esto se torna de mal en peor..." Me dije cuando le vi agarrar la sierra.
Y lo que en un momento fue puro bla bla bla, se convirtió en una realidad porque los dientes de hierro ya se encontraban próximos de aquella apetecible extremidad. —¡¿Qué es lo que quieren?!— Exclamé para llamar su atención, quizá ganar unos segundos y escuchar sus demandas, quizá podría evitar la mutilación de aquel muchacho.
Mis ojos se toparon con los del genin y pude sentir impotencia y frustración, al encontrarme ahí y no ser capaz de poder hacer nada, físicamente hablando, traté de mantenerme calmado y hacerle percibir lo mismo, sí todo salía bien nadie tendría que usar muletas...
Y entonces la pregunta del millón de ryous llegó a mis oídos. —¿Qué?— Balbuceé sorprendido. "¿El jinchuriki?" Repasé lo que había dicho.
—Espera! Él no sabe quién es el jinchuriki.— Dije rápidamente. —Y lamento decir que yo tampoco lo sé, somos shinobis de bajo rango, ese tipo de información no la manejamos nosotros.— Me excuse también, sabiendo que a lo mejor no sería suficiente, probablemente no nos creerían y ambos terminaríamos muertos. —Esa es la verdad.— Mencioné con firmeza aunque con mucha mayor incertidumbre sobre nuestro futuro próximo.
"¿Ahora qué...?"