3/08/2018, 03:23
El plastico moviendose para comunicar la entrada de otra persona era la única cosa de interés allí más que el sonido y el olor de la comida siendo cocinada; y más allá de la molestia de ventizca fría que chocaba contra el microclima de calidez formado por las hornallas lo que siempre ponía alerta a Kuro era si sería una persona que él conociera o alguno de sus esbirros como había pasado a definirlos. La persona que respondió no fue Kuro, si no el dueño del pequeño local.
—¡Para nada! Plato Chubei está abierto para todos. Deja que los restaurantes se preocupen por la consumición obligatoria, mi slogan siempre fue "De la gente, para la gente".
La potente voz venía de un hombre de avanzada edad, corpulento, grande y de generoso abdomen que ya comenzaba a mostrar una línea de cabello que recedía y un color grisaseo en el mismo, sus ojos dando la apariencia de estar entrecerrados, particularmente cuando sonreía. Miró a Keisuke durante unos instantes, antes de volver a llevar la cabeza hacia abajo enfocandose en la carne que estaba cortando para su cliente.
Diferentes platillos se ofrecían en pequeñas tablas que colgaban atrás de Chubei, la mayoría de ellos teniendo algo que ver con carne. La diferencia principal era que en vez de ser de pescado como solía ser el caso con muchas de las comidas se trataban de bocados de rez o de pollo acompañados con pastas, empanados, fritos, con diferentes tipos de condimentos y salsas. El olor a aderezos, pimiento y salsa llenaba el lugar.
—Hm... —Masculló Kuro sin apartar la vista del recién llegado.— ¿Eres un Genin también, verdad...?
—¡Para nada! Plato Chubei está abierto para todos. Deja que los restaurantes se preocupen por la consumición obligatoria, mi slogan siempre fue "De la gente, para la gente".
La potente voz venía de un hombre de avanzada edad, corpulento, grande y de generoso abdomen que ya comenzaba a mostrar una línea de cabello que recedía y un color grisaseo en el mismo, sus ojos dando la apariencia de estar entrecerrados, particularmente cuando sonreía. Miró a Keisuke durante unos instantes, antes de volver a llevar la cabeza hacia abajo enfocandose en la carne que estaba cortando para su cliente.
Diferentes platillos se ofrecían en pequeñas tablas que colgaban atrás de Chubei, la mayoría de ellos teniendo algo que ver con carne. La diferencia principal era que en vez de ser de pescado como solía ser el caso con muchas de las comidas se trataban de bocados de rez o de pollo acompañados con pastas, empanados, fritos, con diferentes tipos de condimentos y salsas. El olor a aderezos, pimiento y salsa llenaba el lugar.
—Hm... —Masculló Kuro sin apartar la vista del recién llegado.— ¿Eres un Genin también, verdad...?