13/09/2015, 12:56
"Traidor dijo el traidor..." Se me pasó por mi fatigada cabeza, pocas ganas tenía de escuchar sandeces, aunque sus motivos tendría. Ya que iba a morir, quería saber el por qué, quería saber que habíamos hecho para merecernos esto, ¿A caso no hemos aprendido del pasado?. Saqué un poco de fuerzas y hablé lo más nítido que pude.
-Yo no soy ningún héroe, solo quiero preguntarle al que todo me ha arrebatado, al que ha de matarme...¿Porqué? ¿Que puede haber tan valioso?, como para cargar sobre tus hombros, la muerte de tanta gente inocente Solo quería morir en paz sabiendo la verdad. Tenía que entender que era tan importante para justificar la masacre de Kusagakure...
Sin embargo, ya nada importaba, cuando sentí como era atravesado por el arma de mi asesino. Pude hacer una comprobación, la última de mi vida "Pensaba que esto dolería horrores, pero solo siento frío, un frío muy familiar...y sueño..."
De repente, abrí los ojos una vez más, sin dolor y pesar alguno que me atenazara, solo sentía una cálida y reconfortante paz, y en el horizonte, un intensa luz que se imponía sobre la negra oscuridad. "Debe ser que estoy muerto, la última vez no llegué tan lejos..." Me dirigí hacía aquel faro, y conforme avanzaba, mejor me sentía. Al final pude ver una figura que me esperaba, justo en el origen de aquella luz...
-¿Abuelo? Dije con absoluta incredulidad
-Yoshi, ¿Que haces aquí? Respondió un poco molesto.
"¿Cómo que qué hago aquí...?" Me quedé en silencio tras aquella inesperada respuesta de mi abuelo, sobre todo al quedarme embriagado por aquella extraña aura dorada que le rodeaba, como si fuera algo místico.
- Abuelo...al final me mataron...Dije cabizbajo y abatido.
- Ja ja ja... Rió como era costumbre en él, algo que me dejó a cuadros. - Aún no ha llegado tu hora... ¡Debes volver!. Me propinó un fuerte empujón, haciendo que saltara antinaturalmente por los aires, y retrocediera vertiginosamente todo el camino que había hecho hasta aquí.
"A la tercera, va la vencida...¿No es así?"
Noté como caía inexorable hacía algo, era mi cuerpo, en ese mismo instante, noté como recobraba rápidamente el calor de los vivos. Abrí los ojos poco a poco, conforme recobraba plena consciencia. Reconocí la voz de Blame maldecir a los cuatro vientos, mientras me sentaba donde hace un rato yacía inerte.
Notaba que estaba entero, salvo algo raro, podía sentir como uno de mis brazos, mejor dicho, no sentir, estaba muerto, es decir, no tenía sensibilidad alguna, sin embargo se movía. Pero no me extrañó, ya todo me daba igual, me inspeccioné el brazo izquierdo con una pasmosa tranquilidad, con la misma tranquilidad de un desquiciado y reí levemente.
"¿Estoy vivo? Madre mía, cuánto trabajo por hacer..." Ya daba por sentado que el destino solo se dedicaba a escupirme en la cara, pero me di cuenta, que se aburre con facilidad y quería divertirse conmigo un poco más.
"Querido destino, estás de suerte, te vas a divertir como jamás lo habías hecho antes, pero tendrás que esperar un poco. Hay muchos preparativos que llevar a cabo"
Cuando Blame se giró hacía mí, me vería sentado tranquilamente, mirándole a los ojos. Podría notar un odio y una ira sin parangón. Le dije con inquietante calma. -Cuanto me alegro de verte Blame, ¿Estás bien?¿Estás preparado? tenemos trabajo por hacer. Le anuncié.