13/09/2015, 15:21
«Vaya infierno me ha caído... ¿quién coño va a aguantar a éste plasta por la eternidad? Vaya mierda de destino, prefería haber quedado vivo... y eso que vivo también le tenía a mi lado. Buf! Cuantas ganas de matarlo... ¿pero matar a alguien que está muerto... es posible? Qué dilema...»
El Senju seguía con sus pensamientos cuando Yoshimitsu pareció reaccionar. El chico también quedó perplejo con algo de su brazo, aunque a éste detalle el albino no le prestó demasiado interés. Por otro lado, ni el mismo Yoshimitsu pareció darle demasiada importancia. Sus ojos se clavaron en los del peliblanco, y anunció que aún quedaba mucho por hacer, así como que se alegraba de verlo.
En ese momento el chico de cabellera incolora cayó en el detalle. Yoshi sin duda hablaba de venganza, era evidente hacia qué. El mismo detalle daba una gran pista, si quería venganza, es que aún no habían muerto. Eran supervivientes, y al parecer de los únicos. Pero un detalle mas importante aún era dónde se encontraban, el sitio no parecía ni por asomo ser su tierra, aquél sitio no parecía tener nada que ver con el país del bosque.
—Así que no estamos muertos...— Comentó a tono casi de susurro. —Vaya... y eso que creía que eras mi condena.—
Con esas últimas palabras elevó un poco mas la voz, y bendijo la situación con su típica sonrisa. Era extraño, aún podía sentir escalofríos por el cuerpo, su vida había de haber llegado a su fin con ese ataque...
Alzó nuevamente la diestra, ayudado por su zurda. En ese instante observó con lujo de detalles su brazo. Bueno, "su brazo" por llamarlo de alguna manera, pues era un conjunto de madera y piel que apenas lograba a entender. El brazo era totalmente articulable, pero carecía por completo de piel humana, venas, o sangre. Al menos eso pudo deducir a simple vista.
—¿Y ésto...? ¿Tu has tenido algo que ver?— Preguntó con descaro.
A su alrededor no había nadie mas, tan solo podía sospechar de él.
—El ataque que recibí pudo arrasar con tranquilidad un cuarto de la aldea, evaporarla... aún no me explico cómo estoy vivo...—
El Senju seguía con sus pensamientos cuando Yoshimitsu pareció reaccionar. El chico también quedó perplejo con algo de su brazo, aunque a éste detalle el albino no le prestó demasiado interés. Por otro lado, ni el mismo Yoshimitsu pareció darle demasiada importancia. Sus ojos se clavaron en los del peliblanco, y anunció que aún quedaba mucho por hacer, así como que se alegraba de verlo.
En ese momento el chico de cabellera incolora cayó en el detalle. Yoshi sin duda hablaba de venganza, era evidente hacia qué. El mismo detalle daba una gran pista, si quería venganza, es que aún no habían muerto. Eran supervivientes, y al parecer de los únicos. Pero un detalle mas importante aún era dónde se encontraban, el sitio no parecía ni por asomo ser su tierra, aquél sitio no parecía tener nada que ver con el país del bosque.
—Así que no estamos muertos...— Comentó a tono casi de susurro. —Vaya... y eso que creía que eras mi condena.—
Con esas últimas palabras elevó un poco mas la voz, y bendijo la situación con su típica sonrisa. Era extraño, aún podía sentir escalofríos por el cuerpo, su vida había de haber llegado a su fin con ese ataque...
Alzó nuevamente la diestra, ayudado por su zurda. En ese instante observó con lujo de detalles su brazo. Bueno, "su brazo" por llamarlo de alguna manera, pues era un conjunto de madera y piel que apenas lograba a entender. El brazo era totalmente articulable, pero carecía por completo de piel humana, venas, o sangre. Al menos eso pudo deducir a simple vista.
—¿Y ésto...? ¿Tu has tenido algo que ver?— Preguntó con descaro.
A su alrededor no había nadie mas, tan solo podía sospechar de él.
—El ataque que recibí pudo arrasar con tranquilidad un cuarto de la aldea, evaporarla... aún no me explico cómo estoy vivo...—