19/08/2018, 13:54
Entre jadeos y con el pulso a cien, la Uchiha intento encontrar la calma una vez fuera del local. Suspiraba con profundidad, gimoteando levemente a la vez que soltaba grandes bocanadas de aire; estaba encorvada hacia delante, toda la adrenalina que se había soltado por su cuerpo ante el miedo estaba ahora pasando factura. Apoyada sobre sus rodillas, escucho nuevamente la voz del joven que había iniciado la trifulca.
—¿Y tú quien eres? — preguntó el joven dirigiendo su atención a la kunoichi.
Los matones quedaron en un segundo plano, tal vez se estaban lamiendo las heridas como unos cachorros; pero ninguno de los dos les estaba prestando atención. Los jadeos prosiguieron pese a la pregunta, prolongando una breve espera.
— Me llamo... Ryuko... Ryuko Uchiha... — contestó. Decidió no mantenerse mucho mas de pie, por lo que se dejó caer en el suelo y estirarse hacia atrás, regulando su respiración con largas inspiraciones. Su objetivo en aquel momento era vivir, por lo que hasta que no pasaron unos instantes, Ryuko no se percató de las palabras que había pronunciado.
—¿Y tú quien eres? — preguntó el joven dirigiendo su atención a la kunoichi.
Los matones quedaron en un segundo plano, tal vez se estaban lamiendo las heridas como unos cachorros; pero ninguno de los dos les estaba prestando atención. Los jadeos prosiguieron pese a la pregunta, prolongando una breve espera.
— Me llamo... Ryuko... Ryuko Uchiha... — contestó. Decidió no mantenerse mucho mas de pie, por lo que se dejó caer en el suelo y estirarse hacia atrás, regulando su respiración con largas inspiraciones. Su objetivo en aquel momento era vivir, por lo que hasta que no pasaron unos instantes, Ryuko no se percató de las palabras que había pronunciado.