28/08/2018, 18:25
Pero si Akame creía que aquel iba a ser un tranquilo día de vacaciones, estaba muy equivocado. El destino le tenía reservado unos cuantos sobresaltos en aquel pueblo turístico, y no precisamente empezaban por los dos ninjas que hicieron entrada en escena mientras el joven jōnin daba placenteros sorbos a su té helado.
—¡Vaya, vaya! Pero si es Eikyu Juro, el Inmaculado —respondió Akame, con guasa, mirando al kusajin por encima de sus gafas de Sol—. ¿Qué te trae por aquí, Juro-san? ¿No deberías estar entrenando para el Examen?
El Uchiha se incorporó en su hamaca y cerró el libro. Dio otro par de sorbos al té y luego lo dejó sobre una mesita baja y cuadrada de plástico marrón que tenía al lado. Entonces, le dedicó una inclinación de cabeza a su colega de profesión, cuando de repente...
—Ah, Reika-san. Menuda coincidencia, sí señor —admitió el Uchiha, saludando de idéntica forma a la muchacha que acababa de entrar en escena—. Pues aquí está el mío, un buen vaso de té helado, rojo por supuesto. ¿También has venido a presentarte al Examen de ascenso?
Por el tono y las maneras de Akame, tanto el de Kusa como la de Ame podrían notar que se expresaba de una forma un tanto más campechana y distendida de lo habitual. ¿Sería por encontrarse en su día de vacaciones? Ciertamente, para un observador avispado podía parecer que el verse temporalmente liberado de la responsabilidad que conllevaban su bandana y su placa dorada le hacían bastante bien al joven jōnin.
—Todavía queda casi un mes, veo que habéis venido pronto. ¡Ah, y antes de que digáis nada! No puedo ayudaros a entrenar en esta ocasión —se apresuró a añadir el Uchiha, hinchando el pecho y cuadrándose—. Estoy en mi día libre. Además, si contribuyo a aumentar las posibilidades de éxito de otros aspirantes, quizás disminuya las de mis compañeros... Y eso no estaría bien.
—¡Vaya, vaya! Pero si es Eikyu Juro, el Inmaculado —respondió Akame, con guasa, mirando al kusajin por encima de sus gafas de Sol—. ¿Qué te trae por aquí, Juro-san? ¿No deberías estar entrenando para el Examen?
El Uchiha se incorporó en su hamaca y cerró el libro. Dio otro par de sorbos al té y luego lo dejó sobre una mesita baja y cuadrada de plástico marrón que tenía al lado. Entonces, le dedicó una inclinación de cabeza a su colega de profesión, cuando de repente...
—Ah, Reika-san. Menuda coincidencia, sí señor —admitió el Uchiha, saludando de idéntica forma a la muchacha que acababa de entrar en escena—. Pues aquí está el mío, un buen vaso de té helado, rojo por supuesto. ¿También has venido a presentarte al Examen de ascenso?
Por el tono y las maneras de Akame, tanto el de Kusa como la de Ame podrían notar que se expresaba de una forma un tanto más campechana y distendida de lo habitual. ¿Sería por encontrarse en su día de vacaciones? Ciertamente, para un observador avispado podía parecer que el verse temporalmente liberado de la responsabilidad que conllevaban su bandana y su placa dorada le hacían bastante bien al joven jōnin.
—Todavía queda casi un mes, veo que habéis venido pronto. ¡Ah, y antes de que digáis nada! No puedo ayudaros a entrenar en esta ocasión —se apresuró a añadir el Uchiha, hinchando el pecho y cuadrándose—. Estoy en mi día libre. Además, si contribuyo a aumentar las posibilidades de éxito de otros aspirantes, quizás disminuya las de mis compañeros... Y eso no estaría bien.