14/09/2015, 12:07
Iba a responder a Blame, lo único conocido que me quedaba. Reconozco que antes me causaba pánico, pero ahora, de la noche a la mañana, se acababa de convertir a lo más parecido a un hermano. Ahora era mi familia por así decirlo...
"Ahora te entiendo por qué eres así...el que estaba equivocado era yo..."
Mientras hablaba, me estaba haciendo recordar todo lo sucedido, a causa de ello, mi cabeza comenzó a asimilar todo lo ocurrido, y sobre todo, a aceptar la realidad. "Que suerte tuvisteis...padre...madre...al morir en aquella rara misión..." Era muy duro aceptar que todo lo que habían arrebatado, todo...Kenzou-sama, abuelo...la aldea donde había crecido...mis amigos...mis maestros...mi casa que tanto costó mi abuelo conservar, cuando dejó de entrar los ingresos de mis padres...
Para colmo alguien rompió aquel momento complejo en el que estaba sumido con una risa oculta entre la sombras, seguramente el que nos trajo aquí y nos mutiló el brazo, eran las risas del mal personificado, un mal endémico que había que ser erradicado de la faz de la tierra de la forma más brutal y despiadada posible, de tal forma que aquellos que habían causado un dolor inhumano, fueran conscientes al morir del daño que habían ocasionado. Para que rueguen el perdón, y se arrepientan en la hora de su muerte.
Aquella risa, aquella puta risa fue punzante, vomitiva y aborrecible. Me di cuenta en el acto, que si seguíamos con vida era por el capricho de un monstruo carente de humanidad, que a pesar de haberse regocijado con nuestro inmenso dolor, aún no había saciado su sed de sadismo. Esa risa quebró algo dentro de mi cabeza, lo que me provocó una intensa y extraña mueca en mi rostro, que mi hizo girar con brusquedad el cuello, apretando con tanta fuerza la mandíbula, que cayó un pequeña hilera de sangre por la comisura de mis labios.
"No hay justicia para los malvados, todos deben morir, esa es la justicia que ellos imparten, y esa misma justicia es la que se merecen" Sonó una extraña voz gutural dentro de mi cabeza, parecía un demonio que al hablar estremecía todo mi ser. Algo que me hizo recobrar la cordura al instante a causa del sobresalto y, como era evidente, me provocó a lanzar la gran pregunta.
-¿Quién eres? Pregunté asustado, haciendo quizás, que se sintiera aludido el causante de aquella risa.
"Yo soy el que da las ordenes aquí, y te diré, que debes hacer""Pero...""¡¡¡CÁLLATE QUE TE CALLES!!!" Sentí un intenso dolor en la cabeza y le dejé hablar, cuando hablaba me aliviaba "Lo que vas a hacer, es buscar al tipo de la risa y lo vas a matar. Si, me has escuchado bien, lo ¡VAS a MATAR! Cuando lo hayas hecho, le clavas los dedos en el vientre y lo destripas, con ese resentimiento acumulado que tienes no te costara mucho, después lávate la cara con su sangre. ¿A caso no te has visto la cara?""No, ¿Que le pasa?"Pregunté internamente"Tienes unas ojeras horribles, un poco de sangre te sentara bien""Pero...yo...yo...no puedo matar a nadie...no debo...""Lo sé mi frágil y joven amigo. Lo haré yo por ti, será divertido"
Me incorporé de donde estaba sin ser yo propiamente dicho, ahora era aquel que me habló, era extraño, alguien ajeno a mí, manejaba mi cuerpo, quedando yo como un mero espectador atónito. -Que bien que se siente siendo... ¡LIBRE! Exclamó aquel, crujiéndose el cuello violentamente, con una voz y unos gestos violentos que lo diferenciaban perfectamente de Yoshimitsu.
Aquella risa cesó, y de repente habló, dijo algo de un experimento. Aquel que me dominaba oyó aquella voz, y fue en su busca sin demora.
-¿Estás preparado para MORIR? Tengo ganas de oír tus súplicas ¡PERRO! De oír como lloras, de oírte llamar a tu madre desconsoladamente.
Pero antes de que sucediera nada, PERRO ejecutó un sello, haciendo que ambos nos detuviéramos. Un dolor intenso brotó de mi brazo mutilado. Me dolía mucho, un dolor que solo podía ser obra de un enfermo, alguien que hace mucho tiempo había dejado de ser humano, lo único que le quedaba de humanidad era el semblante, pura carcasa.
-¡QUE DIVERTIDO PERRO! te has tomado tu TIEMPO ¿verdad? Tienes los huevos de un eunuco, eres ¡TAN COBARDE! que... ¿Has tenido que llegar hasta esto? De acuerdo, me lo cobrare con tu SANGRE, espero que la jugada te salga bien JI JI JI JI
"Ohhh...este brazo raro...es algo más...debo comprender...no puedo permitirme el lujo de ignorar algo así, debo saber que es antes de que me pueda traer problemas. Apostaría que el causante de esto, es Blame...o eso creo...Creo que ahora es más importante matarlo a él, y después a PERRO. ¿De acuerdo?" le hablé internamente a mi nuevo huésped. "Hmm...no veo inconveniente alguno. Donde muere uno, pueden morir dos...vayamos a por tu amigo primero"
Me giré hacía Blame sin ser yo, con mirada de un verdadero asesino, y ejecuté unos sellos. -DOTON, Doryūkatsu.
De repente, el suelo se abrió sobre los pies de Blame, si no hacía nada por evitarlo, provocaría que se desestabilizara y cayera irremediablemente al suelo.
• PV: 100
• CK: 128 -15 = 113
Objetos: Kunai x2
"Ahora te entiendo por qué eres así...el que estaba equivocado era yo..."
Mientras hablaba, me estaba haciendo recordar todo lo sucedido, a causa de ello, mi cabeza comenzó a asimilar todo lo ocurrido, y sobre todo, a aceptar la realidad. "Que suerte tuvisteis...padre...madre...al morir en aquella rara misión..." Era muy duro aceptar que todo lo que habían arrebatado, todo...Kenzou-sama, abuelo...la aldea donde había crecido...mis amigos...mis maestros...mi casa que tanto costó mi abuelo conservar, cuando dejó de entrar los ingresos de mis padres...
Para colmo alguien rompió aquel momento complejo en el que estaba sumido con una risa oculta entre la sombras, seguramente el que nos trajo aquí y nos mutiló el brazo, eran las risas del mal personificado, un mal endémico que había que ser erradicado de la faz de la tierra de la forma más brutal y despiadada posible, de tal forma que aquellos que habían causado un dolor inhumano, fueran conscientes al morir del daño que habían ocasionado. Para que rueguen el perdón, y se arrepientan en la hora de su muerte.
Aquella risa, aquella puta risa fue punzante, vomitiva y aborrecible. Me di cuenta en el acto, que si seguíamos con vida era por el capricho de un monstruo carente de humanidad, que a pesar de haberse regocijado con nuestro inmenso dolor, aún no había saciado su sed de sadismo. Esa risa quebró algo dentro de mi cabeza, lo que me provocó una intensa y extraña mueca en mi rostro, que mi hizo girar con brusquedad el cuello, apretando con tanta fuerza la mandíbula, que cayó un pequeña hilera de sangre por la comisura de mis labios.
"No hay justicia para los malvados, todos deben morir, esa es la justicia que ellos imparten, y esa misma justicia es la que se merecen" Sonó una extraña voz gutural dentro de mi cabeza, parecía un demonio que al hablar estremecía todo mi ser. Algo que me hizo recobrar la cordura al instante a causa del sobresalto y, como era evidente, me provocó a lanzar la gran pregunta.
-¿Quién eres? Pregunté asustado, haciendo quizás, que se sintiera aludido el causante de aquella risa.
"Yo soy el que da las ordenes aquí, y te diré, que debes hacer""Pero...""¡¡¡CÁLLATE QUE TE CALLES!!!" Sentí un intenso dolor en la cabeza y le dejé hablar, cuando hablaba me aliviaba "Lo que vas a hacer, es buscar al tipo de la risa y lo vas a matar. Si, me has escuchado bien, lo ¡VAS a MATAR! Cuando lo hayas hecho, le clavas los dedos en el vientre y lo destripas, con ese resentimiento acumulado que tienes no te costara mucho, después lávate la cara con su sangre. ¿A caso no te has visto la cara?""No, ¿Que le pasa?"Pregunté internamente"Tienes unas ojeras horribles, un poco de sangre te sentara bien""Pero...yo...yo...no puedo matar a nadie...no debo...""Lo sé mi frágil y joven amigo. Lo haré yo por ti, será divertido"
Me incorporé de donde estaba sin ser yo propiamente dicho, ahora era aquel que me habló, era extraño, alguien ajeno a mí, manejaba mi cuerpo, quedando yo como un mero espectador atónito. -Que bien que se siente siendo... ¡LIBRE! Exclamó aquel, crujiéndose el cuello violentamente, con una voz y unos gestos violentos que lo diferenciaban perfectamente de Yoshimitsu.
Aquella risa cesó, y de repente habló, dijo algo de un experimento. Aquel que me dominaba oyó aquella voz, y fue en su busca sin demora.
-¿Estás preparado para MORIR? Tengo ganas de oír tus súplicas ¡PERRO! De oír como lloras, de oírte llamar a tu madre desconsoladamente.
Pero antes de que sucediera nada, PERRO ejecutó un sello, haciendo que ambos nos detuviéramos. Un dolor intenso brotó de mi brazo mutilado. Me dolía mucho, un dolor que solo podía ser obra de un enfermo, alguien que hace mucho tiempo había dejado de ser humano, lo único que le quedaba de humanidad era el semblante, pura carcasa.
-¡QUE DIVERTIDO PERRO! te has tomado tu TIEMPO ¿verdad? Tienes los huevos de un eunuco, eres ¡TAN COBARDE! que... ¿Has tenido que llegar hasta esto? De acuerdo, me lo cobrare con tu SANGRE, espero que la jugada te salga bien JI JI JI JI
"Ohhh...este brazo raro...es algo más...debo comprender...no puedo permitirme el lujo de ignorar algo así, debo saber que es antes de que me pueda traer problemas. Apostaría que el causante de esto, es Blame...o eso creo...Creo que ahora es más importante matarlo a él, y después a PERRO. ¿De acuerdo?" le hablé internamente a mi nuevo huésped. "Hmm...no veo inconveniente alguno. Donde muere uno, pueden morir dos...vayamos a por tu amigo primero"
Me giré hacía Blame sin ser yo, con mirada de un verdadero asesino, y ejecuté unos sellos. -DOTON, Doryūkatsu.
De repente, el suelo se abrió sobre los pies de Blame, si no hacía nada por evitarlo, provocaría que se desestabilizara y cayera irremediablemente al suelo.
Estado de "Mi otro yo"
• PV: 100
• CK: 128 -15 = 113
Objetos: Kunai x2
- Técnicas empleadas
- Daño recibido
- Daño causado
- Explicaciones