3/09/2018, 16:30
La mariposa de Reika había visto a Hisao alejarse de aquel lugar tras dar unas cuantas vueltas alrededor; parecía que hubiese estado buscando una forma de entrar, pero al no hallarla, se hubiera dado por vencido. El capataz de pescadores había abandonado el lugar en dirección al pueblo.
Akame, por su parte, inspeccionaba cuidadosamente cada uno de los pesados candados que, en combinación con las gruesas cadenas, bloqueaban las puertas de la lonja. «No sé si sería capaz de forzar estas cerraduras, pero tal vez sí de cortar la cadena...» Cuando Karamaru preguntó por alguna otra forma de entrar, el jōnin se limitó a encogerse de hombros con una expresión que parecía indicar "veo lo mismo que tú".
Sin embargo, Yamanaka Reika no tardó en recordarle —indirectamente— que aquella frase estaba errada. No, definitivamente Akame podía ver más que cualquiera de ellos dos.
—Genjutsu... Bien visto, Reika-san —dijo Akame, alabando la ocurrencia de la kunoichi—. Creo que seré capaz de identificar si hay una ilusión aquí.
Probablemente ninguno de los dos amejin supiera que él, como poseedor del Sharingan, tenía la facultad de ver a través del Genjutsu; y Akame prefería que siquiera siendo así. Fingió que se tomaba su tiempo para prepararse, pero en realidad estaba simplemente buscando algún tipo de entrada oculta mientras el Sharingan teñía de rojo su mirada.
«¡Bingo!»
Resultó que, tal y como Reika había supuesto, había una segunda puerta en el edificio de la lonja en la esquina Oeste. Se trataba de una entrada a lo que se presuponía un sótano, una trampilla metálica a ras de suelo que estaba oculta bajo una capa de chakra; inconfundiblemente, un Genjutsu ambiental. Akame desenfundó su espada y le dio un par de golpes a la sección de suelo que camuflaba la trampilla, disipando la ilusión.
—Y aquí está —anunció a los otros ninjas—. Ni siquiera tiene candado, qué confiado es este Trucho...
El jōnin la abrió con cuidado, y las bisagras crujieron con un chirrido molesto. En el hueco de la trampilla se podía distinguir una escalera metálica que descendía hacia el subsuelo y la oscuridad. Akame chasqueó los dedos y una canica incandescente de chakra Katon se formó inmediatamente en su mano, quedando suspendida en el aire y flotando alrededor suya.
—Deberíamos echar un vistazo.