9/09/2018, 19:20
Reika decidió no dejarle solo y acompañarle. Aunque lo sentía por los demás, Juro no pudo evitar sentirse tremendamente aliviado por su apoyo.
— Gracias, Reika-san — dijo, sonriente.
Y los dos se internaron en aquella pequeña parcela de infierno.
Reika realizó el sello del carnero, y de su mano derecha, brotó una mariposa hecha de chakra. Juro la observó, fascinado, mientas la chica aseguraba que podría examinar con ella otras habitaciones mientras avanzaba. ¿Podía ver a través de ella? ¿Era como una nave de reconocimiento?
« ¿Qué clase de jutsu es ese » — Pero no tenía tiempo de pararse a pensarlo, muy a su pesar.
Ambos avanzaron a través del umbral de la puerta. Sentía su cuerpo pesado, y caliente. Las llamas ardían y dificultaban que él pudiera respirar. No tenían mucho tiempo, y Juro desde luego que no quería permanecer en aquel horrible lugar. Resultaba muy desagradable.
Un grito de auxlio les alertó, sin embargo. Venía del recibidor.
— ¡Por ahí, Reika-san!
Juro corrió y atravesó el lugar, para encontrarse con el salón, que también era pasto de las llamas. El niño se encontraba ahí. El techo se había derrumbado, y era imposible que él o su compañera pudieran pasar, pero era posible que el niño lo hiciese. Sin embargo, no solo era el fuego: no les quedaba mucho tiempo para morir aplastados ahí. Tenían que conseguir que el niño cruzase como fuera.
— Esta conmocionado, no sé si podremos conseguirlo — murmuró, tanto para Reika como para sí mismo. Después, se quitó levemente la gasa que le protegía del humo (provocando que tosiera) para gritar más alto —. ¡Niño, hemos venido a ayudarte! ¡Tienes que pasar por aquí, y entonces te rescataremos!
Sin embargo, Juro dudaba. Era un niño muy pequeño, no le entendía bien y probablemente no tenía fuerzas para hacerlo. Por eso, y si el niño no le sorprendía, cogería rapidamente uno de los pergaminos que tenía con sus dedos.
« El futon es peligroso aquí, y no puedo conectarme a él si está tan lejos. Lo único que puedo es... »
Juro arrojó el pergamino (lógicamente, cerrado. Lo necesitaba como punto de apoyo) por el hueco que separaba al niño de ellos. El pergamino estaba unido por dos de sus hilos de chakra. Era lo más parecido a una cuerda que podía aportar él con lo que tenía. Caería cerca del niño, totalmente enrollado y con los hilos visibles, que conectaban a Juro con él.
— ¡Cógete a él! ¡Te sacaremos! — En cuanto se agarrara, Juro tiraría. Dudaba de cuanto podría aguantar el tirón, pero si había podido levantar un techo sin que se rompiese, aguantaría el peso del cuerpo de un niño pequeño.
— Gracias, Reika-san — dijo, sonriente.
Y los dos se internaron en aquella pequeña parcela de infierno.
Reika realizó el sello del carnero, y de su mano derecha, brotó una mariposa hecha de chakra. Juro la observó, fascinado, mientas la chica aseguraba que podría examinar con ella otras habitaciones mientras avanzaba. ¿Podía ver a través de ella? ¿Era como una nave de reconocimiento?
« ¿Qué clase de jutsu es ese » — Pero no tenía tiempo de pararse a pensarlo, muy a su pesar.
Ambos avanzaron a través del umbral de la puerta. Sentía su cuerpo pesado, y caliente. Las llamas ardían y dificultaban que él pudiera respirar. No tenían mucho tiempo, y Juro desde luego que no quería permanecer en aquel horrible lugar. Resultaba muy desagradable.
Un grito de auxlio les alertó, sin embargo. Venía del recibidor.
— ¡Por ahí, Reika-san!
Juro corrió y atravesó el lugar, para encontrarse con el salón, que también era pasto de las llamas. El niño se encontraba ahí. El techo se había derrumbado, y era imposible que él o su compañera pudieran pasar, pero era posible que el niño lo hiciese. Sin embargo, no solo era el fuego: no les quedaba mucho tiempo para morir aplastados ahí. Tenían que conseguir que el niño cruzase como fuera.
— Esta conmocionado, no sé si podremos conseguirlo — murmuró, tanto para Reika como para sí mismo. Después, se quitó levemente la gasa que le protegía del humo (provocando que tosiera) para gritar más alto —. ¡Niño, hemos venido a ayudarte! ¡Tienes que pasar por aquí, y entonces te rescataremos!
Sin embargo, Juro dudaba. Era un niño muy pequeño, no le entendía bien y probablemente no tenía fuerzas para hacerlo. Por eso, y si el niño no le sorprendía, cogería rapidamente uno de los pergaminos que tenía con sus dedos.
« El futon es peligroso aquí, y no puedo conectarme a él si está tan lejos. Lo único que puedo es... »
Juro arrojó el pergamino (lógicamente, cerrado. Lo necesitaba como punto de apoyo) por el hueco que separaba al niño de ellos. El pergamino estaba unido por dos de sus hilos de chakra. Era lo más parecido a una cuerda que podía aportar él con lo que tenía. Caería cerca del niño, totalmente enrollado y con los hilos visibles, que conectaban a Juro con él.
— ¡Cógete a él! ¡Te sacaremos! — En cuanto se agarrara, Juro tiraría. Dudaba de cuanto podría aguantar el tirón, pero si había podido levantar un techo sin que se rompiese, aguantaría el peso del cuerpo de un niño pequeño.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60