La sardina y la araña

[Sasagani Yota]

—Pues, si eso es cierto, creo que tendrías que preocuparte tú más de que yo muera por el veneno de una araña. Después de todo, no mucha gente va por ahí con una viuda negra encima del cogote, ¿verdad?

Aquel día el amejin se había despertado especialmente juguetón al parecer.

además, ¿qué van a pensar los míos si se enteran de que un kusajin mató a un invitado de cortesía en una Aldea extranjera? ¿Estaría de puta madre eso, verdad que sí?

No pude evitar esbozar una sonrisa ante las cabalas del gennin. A decir verdad era divertido como trataba de hacer que me sintiese mal. Pero todo el mundo sabía que los pactos estaban hechos de papel de fumar, el menor de los aleteos y se va a la mierda. El que habían entre las 3 Grandes Aldeas no era una excepción.

—Averigüémoslo. ¿Cuánto tarda en hacer efecto, querida?

— Eso ya lo verás, no tengas prisa — dije con tranquilidad — Pero piensa un poco, ¿quien iba a imaginar que Kusagakure ataca con arañas venenosas? No digo que me disguste lo que dices, ¿eh? de hecho, da para una pelicula de las buenas, se podría titular "la traición de Kusagakure" — decía, poniéndome en pie — Pero la realidad es que sería más fácil pensar que esto fue obra de Uzushiogakure, ¿o te olvidaste ya de lo del golpista ese de hace unos meses? Quizás sus fieles pudieran haber podido intervenir aprovechando que las tres aldeas se han dado cita aquí, en su hogar. De esta manera mandarían un mensaje a nuestros líderes, y también a los líderes de los uzujin

Bueno, en mi cabeza tenía sentido. Cabeza que había sido invadida por la ocho patas, que, al ver que me levantaba, escaló por mi espalda y se acomodo en mi coronilla.