21/09/2018, 13:12
(Última modificación: 21/09/2018, 13:13 por Aotsuki Ayame.)
—¿Eso es lo que te consideras? —preguntó Zetsuo, y Ayame temió durante un instante haber cometido algún error. Pero su padre había curvado los labios en una sonrisa—. Muy bien. Repítemelo, ¡repítemelo con orgullo!
Y entonces levantó la mano derecha y formuló el Sello de la Confrontación.
—¡Soy Aotsuki Ayame! —repitió ella, aunque en aquella ocasión su voz sonó temblorosa. Tenía los ojos fijos en el Sello de la Confrontación y un extraño cosquilleo recorría todo su cuerpo. Era miedo. Pero también era... excitación—. Soy... Hōzuki. —La tempestad había nacido en el centro de su pecho y se extendía por sus extremidades, revitalizándola. Ella era El Agua, pero se sentía arder...—. Soy kunoichi de la aldea de Amegakure; y la guardiana del bijuu de cinco colas —culminó, con un nudo en la garganta.
Y, al contrario de lo que había sucedido en su enfrentamiento con Uchiha Datsue, alzó su propio brazo y su mano formuló en ceremonial Sello de la Confrontación.
«Que sea lo que tenga que ser.»
Y entonces levantó la mano derecha y formuló el Sello de la Confrontación.
—¡Soy Aotsuki Ayame! —repitió ella, aunque en aquella ocasión su voz sonó temblorosa. Tenía los ojos fijos en el Sello de la Confrontación y un extraño cosquilleo recorría todo su cuerpo. Era miedo. Pero también era... excitación—. Soy... Hōzuki. —La tempestad había nacido en el centro de su pecho y se extendía por sus extremidades, revitalizándola. Ella era El Agua, pero se sentía arder...—. Soy kunoichi de la aldea de Amegakure; y la guardiana del bijuu de cinco colas —culminó, con un nudo en la garganta.
Y, al contrario de lo que había sucedido en su enfrentamiento con Uchiha Datsue, alzó su propio brazo y su mano formuló en ceremonial Sello de la Confrontación.
«Que sea lo que tenga que ser.»