21/09/2018, 16:09
La voz desapareció, y los signos de que el bijuu estaba a punto de tomar control de Ayame se fueron con ella. Zetsuo se detuvo en el sitio; soltó una risilla de satisfacción. Se cruzó de brazos, suspiró, y la tormenta pareció apaciguarse un momento.
—Vas mejorando. Sin embargo, aún quedan lecciones que tomar.
Como si Zetsuo hubiera hecho suya esa Técnica de Hidratación de la que Ayame tan orgullosa estaba, su cuerpo tomó una tonalidad azul turquesa y comenzó a deformarse, a derretirse, a fundirse con el suelo en un charco viscoso. Un remolino envolvió a Ayame, liberándola de todas las tensiones anteriores, y levantándola en el aire ligera como una pluma. Hubo un flash de luz. Un pitido.
FFFFFIup.
Como si sus oídos hubiesen estado entaponados, Ayame despertó del trance. Del Genjutsu de Zetsuo. Su padre le miraba a lo lejos. Se dio la vuelta, y echó la vista al cielo lluvioso de Amegakure.
—Lo conseguiste. Pero es sólo un primer paso. No te confíes. Descansa, mentalízate, y reúnete conmigo mañana, a la misma hora. En esta misma plataforma.
»Informaré a los guardias para que sepan que vienes.
Zetsuo formuló un sello del Carnero, y se deshizo en el aire, como plumas de un águila arrastradas por el viento.
—Vas mejorando. Sin embargo, aún quedan lecciones que tomar.
Como si Zetsuo hubiera hecho suya esa Técnica de Hidratación de la que Ayame tan orgullosa estaba, su cuerpo tomó una tonalidad azul turquesa y comenzó a deformarse, a derretirse, a fundirse con el suelo en un charco viscoso. Un remolino envolvió a Ayame, liberándola de todas las tensiones anteriores, y levantándola en el aire ligera como una pluma. Hubo un flash de luz. Un pitido.
FFFFFIup.
Como si sus oídos hubiesen estado entaponados, Ayame despertó del trance. Del Genjutsu de Zetsuo. Su padre le miraba a lo lejos. Se dio la vuelta, y echó la vista al cielo lluvioso de Amegakure.
—Lo conseguiste. Pero es sólo un primer paso. No te confíes. Descansa, mentalízate, y reúnete conmigo mañana, a la misma hora. En esta misma plataforma.
»Informaré a los guardias para que sepan que vienes.
Zetsuo formuló un sello del Carnero, y se deshizo en el aire, como plumas de un águila arrastradas por el viento.