21/09/2018, 18:31
—Ya lo veremos... —respondió Zetsuo, colocándose en la misma posición que el día anterior. Y Ayame supo lo que se le venía encima incluso antes de que lo explicara—: Volveremos a lo mismo que ayer. Un Genjutsu, en el que mostraré obstáculos a tu voluntad. Deberás abrirte camino.
Ayame suspiró, dejando escapar todo el aire de los pulmones en un intento por relajarse. Aunque era inútil, poco le iba a durar la relajación si la sesión era como la del día anterior. Le sorprendió ver a su padre casi tan cansado como ella, pero no por ello relajó su atención. A la hora de la verdad, sabía bien que Aotsuki Zetsuo era implacable. Por un momento no pudo evitar preguntarse si los entrenamientos de Daruu o de su hermano habían sido similares a aquellos.
—Hoy no volveré a falsear una técnica para introducirte en la ilusión, pero te advierto: no intentes deshacer el Genjutsu. Se supone que esto tiene que poner a prueba tu resistencia.
Ella asintió. Sólo esperaba que la tentación por liberarse no terminara por apoderarse de ella...
—Antes de comenzar de nuevo, te pregunto: ¿quién eres? ¿Qué eres?
Y allá iban de nuevo, y aquellas dos simples preguntas activaron todos sus sistemas de alarma como un gatillo.
—Soy Aotsuki Ayame, del clan Hōzuki. Kunoichi de Amegakure y la Guardiana del Gobi.
Ayame suspiró, dejando escapar todo el aire de los pulmones en un intento por relajarse. Aunque era inútil, poco le iba a durar la relajación si la sesión era como la del día anterior. Le sorprendió ver a su padre casi tan cansado como ella, pero no por ello relajó su atención. A la hora de la verdad, sabía bien que Aotsuki Zetsuo era implacable. Por un momento no pudo evitar preguntarse si los entrenamientos de Daruu o de su hermano habían sido similares a aquellos.
—Hoy no volveré a falsear una técnica para introducirte en la ilusión, pero te advierto: no intentes deshacer el Genjutsu. Se supone que esto tiene que poner a prueba tu resistencia.
Ella asintió. Sólo esperaba que la tentación por liberarse no terminara por apoderarse de ella...
—Antes de comenzar de nuevo, te pregunto: ¿quién eres? ¿Qué eres?
Y allá iban de nuevo, y aquellas dos simples preguntas activaron todos sus sistemas de alarma como un gatillo.
—Soy Aotsuki Ayame, del clan Hōzuki. Kunoichi de Amegakure y la Guardiana del Gobi.