21/09/2018, 22:25
La chica no se sentía del todo bien al recibir tantos tratos de Riko hacia ella, vale que fuese superior en rango, pero tantos formalismos... No era lo suyo, ella quería ser parte del pueblo, no superior a él. El Kaguya, por su parte, comenzó a relatar su razón por la que se convirtió en ninja.
—Quizás la respuesta sea algo decepcionante, pero realmente, hasta que llegué aquí ni sabía qué era un ninja. En mi aldea sí que había gente que podía usar el ninjutsu, pero muy básico pues nadie había recibido adiestramiento así que nadie podía enseñarme y, un día, en un entrenamiento de combate de mi brazo salieron los huesos para protegerme... —Empezó a relatar—. Y al parecer, en mi clan eso es algo extremadamente raro, tanto que habían pasado varias generaciones sin verlo, por lo que en un consejo se decidió que tenía que recibir el entrenamiento necesario y... aquí estoy, por eso soy un ninja ahora, la verdad.
—Bueno, eso está bien, es una razón, ¿no? —dijo con toda la lógica del mundo—. Es un buen comienzo, ya encontrarás motivaciones a lo largo de tu camino, que no es corto.
Posó sus manos atrás, en la segunda madera donde estaba sentada, luego llevó una mano a su hombro y de él se deselló dos polos de un tono amarillento: era de limón.
—Toma, por tu esfuerzo, la recompensa que todos nos merecemos después de un duro día —alegó mientras le acercaba uno de los dos polos con una sonrisa.
—Quizás la respuesta sea algo decepcionante, pero realmente, hasta que llegué aquí ni sabía qué era un ninja. En mi aldea sí que había gente que podía usar el ninjutsu, pero muy básico pues nadie había recibido adiestramiento así que nadie podía enseñarme y, un día, en un entrenamiento de combate de mi brazo salieron los huesos para protegerme... —Empezó a relatar—. Y al parecer, en mi clan eso es algo extremadamente raro, tanto que habían pasado varias generaciones sin verlo, por lo que en un consejo se decidió que tenía que recibir el entrenamiento necesario y... aquí estoy, por eso soy un ninja ahora, la verdad.
—Bueno, eso está bien, es una razón, ¿no? —dijo con toda la lógica del mundo—. Es un buen comienzo, ya encontrarás motivaciones a lo largo de tu camino, que no es corto.
Posó sus manos atrás, en la segunda madera donde estaba sentada, luego llevó una mano a su hombro y de él se deselló dos polos de un tono amarillento: era de limón.
—Toma, por tu esfuerzo, la recompensa que todos nos merecemos después de un duro día —alegó mientras le acercaba uno de los dos polos con una sonrisa.